Suite inglesa de Julien Green
Los lectores fieles a este blog habrán podido notar (aunque indirectamente), que estoy en una de mis etapas literarias recurrentes: la literatura inglesa del siglo XIX. Por una revista, me enteré que se había reeditado este libro, en sus tiempos, traducido y publicado por Jesús Aguirre, un hombre cuya cultura enciclopédica sólo podía ser superada por su petulancia (no sólo enciclopédica sino también universal). Pedí el libro, y mi librera, Pilar me lo ha regalado. Es un precioso volumen de tapa dura, bella y cuidada encuadernación, perfecta impresión: en fin, una delicia que se merece este pequeño librito, originalmente publicado en Londres en 1928. Julien Green es un escritor franco-americano, autor de una serie de obras muy interesantes entre las que destacaría su Leviatán, Green fue elegido miembro de la Académie Française. Como Lytton Strachtey, Green posee una gran capacidad de síntesis y mucha elegancia y amenidad, traspasada por el traductor a nuestra lengua con total perfección.
Los retratos que hace Green son perfectos en estilo y en esencia porque consigue capturar los rasgos más singulares de cada uno de los personajes escogidos y nos adentra en su intimidad, en sus penas y delirios y sus miedos o sus fobias. Green nos hace entrar en el alma de cada uno de sus retratados por la puerta de su dolor sin condenarnos a un sólo segundo de aburrimiento: tan límpida y graciosa arde la llama de su prosa.
La Suite comienza con una exploración de la vida y la fama de Samuel Johnson (1709-1784), y lo hace recordándonos la paradoja de que Johnson haya sido conocido por los siglos que han seguido, fundamentalmente, gracias al libro de otro: James Boswell, su fiel biógrafo y no verdaderamente porque su prosa se pueda leer actualmente más que como ejercicio escolar .(Por cierto que la famosísima biografía de Johnson hace poco más de un año que fue reeditada entre nosotros por Acantilado, y ya va por su segunda edición).Green nos retrotrae al momento en que Boswell, entonces de 23 años, conoce a Johnson y decide dedicarle la vida entera. Desde ese momento, ni uno sólo de los momentos de Johnson es un momento íntimo: se vive para la posteridad, para la posteridad de la biografía que >Boswell arma con toda la paciencia y el amor del mundo. Por lo ue toca a Johnson, erudito, luchador, incansable investigador, su nombre ha quedado en el siglo de los Fielding, los Richardson o Goldsmith como el del rey de la literatura inglesa de su tiempo y único autor de esa monstruosa y extraordinaria hazaña que es el Diccionario de la lengua inglesa.
Uno de los primeros libros de arte que compré cuando era una jovencita fue el Matrimonio del cielo y del Infierno de William Blake. La poesía y el arte en hermandad (y el genio). De este ángel o demonio u hombre sólo exteriormente, también se ocupa Green, describiendo su vida en medio de esas alucinaciones místicas o trascendentales, su extraño empeño por ilustrar sus libros con acuarelas y dibujos originales, y por imprimir él mismo esas raras joyas bibliográficas. Blake pertenece a una estirpe muy reducida, muy exclusiva, donde apenas entrevemos a John Donne y a San Juan de la Cruz. Tal vez Rimbaud. Green nos seduce con la descripción de su personalidad incomparable, al tiempo que nos recuerda las obras de Blake que se han perdido, quizá para siempre.
Charles Lamb (poco conocido entre nosotros), Charlotte Brontë ( y el enigma de su vida con relación a su obra), y Nathaliel Hawthorne, ese puritano capaz de conmovernos con La letra escarlatacompletan el volumen. Todos los retratos se ajustan a la línea que ya he señalado: la elegancia, la comprensión del sujeto y la descripción de su mundo más íntimo y más vulnerable.
Se trata de una obra deliciosa, que no hay que dejar pasar si uno es admirador de la literatura inglesa.
Julien Green, Suite inglesa (Trad. Jesús Aguirre), Barcelona, Ariel, 2008. (Ilustrada).