Sabato y el ciego de las ballenitas
Un año después nos encontramos de nuevo, en Barcelona. Fue entonces cuando me llevó a casa de Mario Satz, donde nos contó una historia estremecedora.
Sabato se había inventado el personaje de un ciego que vendía ballenitas en un cruce de calles en el Informe sobre Ciegos de Sobre héroes y tumbas. Un dia, pasó casualmente por aquel cruce y vio a su ciego, vendiendo ballenitas. Estupefacto y aterrado, echó a correr, pensando que el ciego, como en su novela, lo perseguiría e intentaría matarlo.
Más tarde, ya en Santos Lugares, pensó que había tenido una alucinación y creyó o quiso creer que el ciego, el verdadero ciego, no podía existir.
Pero amigos y conocidos suyos le confirmaron su existencia.
Quienes escuchamos a Sabato esa tarde, en casa de Mario Satz, no dudamos ni un durante un segundo que Sabato había creado al ciego verdadero, y que el escritor había corrido un verdadero peligro al encontrárselo.
Porque, queridos todos, la literatura crea la vida.
N.B. Las ballenitas con unas láminas de plástico que se insertan en el interior de los cuellos de las camisas, para que no se arruguen.
6 comentarios
fgiucich -
Gabriela -
Un abrazo.
Antonio -
Gabriela -
Abrazos.
Gregorio Luri -
La literatura también quita la vida, Gabriela, y de muchas maneras diversas.
il parra -
Ciao