El adversario, de Emmanuel Carrère
Esta reseña contiene spoilers!
Hace unos años vi y compré después la película que se basa en este libro, con el siempre eficaz Daniel Auteuil. La historia (real) de Jean-Claude Romand es escalofriante. Pero todo lo monstruoso puede y debe ser contado. La obra que nos ocupa sigue en parte la senda marcada por el fascinante testimonio de Truman Capote, A sangre fría, modelo hasta ahora no superado de relato dramático, novelizado, pero veraz de un hecho horripilante. En este caso, la historia de Jean-Claude Romand, un hombre aparentemente normal, amable, hijo, marido y padre ’ideal’, que vivió durante 18 años mintiendo a todos: amigos, padres, esposa, hijos, amante. El horror comienza a gestarse cuando, habiendo suspendido un examen de segundo de medicina, miente a sus padres para no decepcionarlos, diciendo que ha pasado a tercero. Parece una cosa tan banal... y sin embargo, es el primer peldaño hacia el vacío de una vida que se funda sobre la mentira. Romand se matricula durante doce años seguidos en la Facultad de Medicina de Lyon, asiste a las clases, toma apuntes, ayuda a los compañeros, lo sabe todo, pero no se presenta a exámenes, no puede hacer las prácticas. Permanece siempre invisible y hace creer a todos sus seres queridos que es un médico excepcional, que tiene un alto puesto en la OMS, que se codea con los más grandes científicos y políticos europeos. Cuando se inventa conferencias o simposios, se va al aeropuerto y se aloja durante cuatro o cinco días en un hotel. Compra regalos procedentes de los países supuestamente visitados en las tiendas del aeropuerto, estudia una guía turística del país para no ser descubierto en su mentira. Cuando no, va a la OMS, se sienta en sus cafeterías, entra en la biblioteca. Coge folletos gratuitos que deja en su coche para que lo vean su esposa y sus hijos o pasea por los bosques, o come bocadillos y escucha la radio en una zona de descanso en la carretera. Y así vive, en el vacío, todas las horas que supuestamente dedica a su ’trabajo’.
¿Y de qué vive Romand? Convence a sus padres, a sus suegros, a sus cuñados, a sus amigos y a su amante para que le dejen grandes sumas de dinero -casi siempre los productos de las ventas de casas-, para ’invertirlas’ en Suiza. Como se trata de un hecho fraudulento en Francia, no ’puede’ entregar los justificantes de las cuentas que ’abre’ en el nombre de estos ’inversores’. Todos creen en él y nadie pregunta nada, nadie investiga. La mentira se expande, ocupa todo su espacio en la vida de Romand.
Por fin, una vez gastado todo ese dinero, alguien pide el retorno de la inversión. El castillo de naipes se desmorona. Y Romand, antes que decir la verdad, prefiere matar: y mata. Tal vez mata a su suegro que le había pedido el dinero para comprarse un Mercedes, aunque esta muerte no ha sido probada. Pero el suegro muere estando con él, y le acaba de pedir su dinero. Pocos meses después, mata a sus padres y al perro, mata a su esposa y a sus hijos. Intenta matar a su amante, que escapa por los pelos. Luego, provoca un incendio en su casa y hace un intento de suicidio al que naturalmente sobrevive.
Al despertar del coma, Romand habla de un asaltante enmascarado: otra de sus mentiras. Pero la investigación en unos días desvela mentira tras mentira: no aprobó el segundo curso de medicina, no fue un médico, ni mucho menos trabajó nunca en la OMS. No invertía el dinero que le confiaban: lo gastaba frenéticamente en hoteles de lujo, cenas, coches, casa...Toda su vida era un invento.
La obra de Carrère se mueve en el filo de la cuchilla, porque mostrar compasión ante estas monstruosidades resulta muy difícil, y a la vez, no puede uno menos que sentir lástima por este verdugo, por este mentiroso, por este estafador, suponiendo que tiene sentimientos y que sabe lo que hizo. Finalmente, en la cárcel lleva a cabo -sugiere el autor- una segunda mixtificación de vida: se vuelve ultra-católico, místico casi: el pecador redimido por la fe.
Romand saldrá de la cárcel en 2015.
El libro, la historia, fascinantes, igual que ver de cerca los ojos de una cobra.
La película, interesante. Hay una versión española (no literal) de esta historia que me parece mejor estructurada que la peli francesa, aunque adolece de un único defecto: un final dulcificado que no cuadra (desde mi punto de vista), con el personaje.
Emmanuel Carrère, El adversario, (trad. de Jaime Zulaika), Anagrama, Barcelona, 2000.
Nicole García, El adversario, Reparto: Daniel Auteuil, Géraldine Pailhas, François Cluzet, Emmanuelle Devos, Guión: Jacques Fieschi, Frédéric Bélier y Nicole Garcia, Música: Angelo Badalamenti. Francia, 2002.
Eduard Cortés, La vida de nadie, Dirección: Eduard Cortés, Reparto: José Coronado, Adriana Ozores, Marta Etura, Roberto Álvarez, Adrián Portugal, Rosa Meras, Guión: Eduard Cortés y Piti Español, Producción: Pedro Costa, Música: Xavi Capellas, Fotografía: José Luis Alcaine. España, 2002.
2 comentarios
Gabriela -
Abrazos.
fgiucich -