Releyendo a Montaigne
He vuelto a clases y a las lecturas pertinentes. El primer tema de mi programario de Bachillerato es el ensayo, y he vuelto a Montaigne. Cuando leo a Quignard o a Foucault, me olvido de que mi primer contacto con el pensamiento francés fueron los Ensayos de Montaigne; su clara prosa, su pensamiento siempre conciliador y amable, a veces crítico, siempre analítico, en el mejor sentido de la palabra, fueron los faros que me llevaron después hacia esa prosa francesa límpida y racionalista que tanto amo.
Una de las cosas que debo agradecer a mi profesión es que hace surgir en mí la necesidad de volver a las fuentes y refresca mis más emotivos recuerdos literarios.
"Es el juicio un instrumento necesario en el examen de toda clase de asuntos, por eso yo lo ejercito en toda ocasión en estos ensayos. Si se trata de una materia que no entiendo, con mayor razón me sirvo de él, sondeando el vado desde lejos; y luego, si lo encuentro demasiado profundo para mi estatura, me detengo en la orilla. El convencimiento de no poder ir más allá es un signo del valor del juicio, y de los de mayor consideración. A veces imagino dar cuerpo a un asunto baladí e insignificante, buscando en qué apoyarlo y consolidarlo; otras, mis reflexiones pasan a un asunto noble y discutido en el que nada nuevo puede hallarse, puesto que el camino está tan trillado que no hay más recurso que seguir la pista que otros recorrieron. En los primeros el juicio se encuentra como a sus anchas, escoge el camino que mejor se le antoja, y entre mil senderos decide que éste o aquél son los más convenientes. Elijo al azar el primer argumento. Todos para mí son igualmente buenos y nunca me propongo agotarlos, porque a ninguno contemplo por entero: no declaran otro tanto quienes nos prometen tratar todos los aspectos de las cosas. De cien miembros y rostros que tiene cada cosa, escojo uno, ya para acariciarlo, ya para desflorarlo y a veces para penetrar hasta el hueso. Reflexiono sobre las cosas, no con amplitud sino con toda la profundidad de que soy capaz, y las más de las veces me gusta examinarlas por su aspecto más inusitado. Me atrevería a tratar a fondo alguna materia si me conociera menos y me engañara sobre mi impotencia. Soltando aquí una frase, allá otra, como partes separadas del conjunto, desviadas, sin designio ni plan, no se espera de mí que lo haga bien ni que me concentre en mí mismo. Varío cuando me place y me entrego a la duda y a la incertidumbre, y a mi manera habitual que es la ignorancia".
7 comentarios
Rain -
Allí está Montaigne con su concentrada lucidez, demostrándonos la frescura de su vision, lo atemporal de su fineza.
Gran salute.
Ferre -
Gracias,
Ferre
Gabriela -
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/90015362878552699169368/p0000002.htm
Un abrazo, Ferre.
Fernando, me encanta releer, y en este caso, ha sido un redescubrimiento. Un abrazo.
Ferre -
Aunque puede que en algún momento de los próximos años llegue el día en que me decida a abrir sus primeras páginas. Conociéndome, seguro que llegará, porque cuando algo se me mete entre ceja y ceja... pero todavía necesito tomar un poco de carrerilla.
Saludos,
Ferre
fgiucich -
Gabriela -
Sienro no haber podido pasarme por el CCCB. Un saludo cordial.
Gregorio -