La violencia estudiantil. La otra cara de la moneda
Ya sé que mi tendencia a ir a contracorriente podría despistaros: no estoy a favor de ninguna violencia, pero sí estoy un poco cansada de que se atribuyan todos los males de la educación a los estudiantes.
Es cierto que hay estudiantes violentos, que se burlan de los profesores, que los atacan física y mentalmente, generalmente en pandilla y no en solitario. Digo que es cierto porque lo creo, no porque lo haya vivido. Del mismo modo, creo que muchos profesores también maltratan a los estudiantes con su arrogancia, con su mal hacer. Eso sí lo he vivido.
Algunos estudiantes me han confiado algo: no los escuchan.
Eso ya me parece una violencia.
Además, muchos profesores llaman subnormales a sus estudiantes. Otros, lo piensan. Hay profesores que sólo se dedican a los estudiantes que saben. ¿Y los otros? ¿No son responsabilidad del profesor? La humillación pública es un arma de los profesores inseguros. Conozco a muchos profesores inseguros. Creen que por la vía de la negación del estudiante afianzan su autoridad. Yo no lo creo. La autoridad se afianza cuando se consigue el mutuo respeto, cuando se cree y se es creído por los otros. Cuando se tiende a la justicia como método, aunque no siempre sea posible alcanzarla. Todos tenemos fallos, eso también lo comprenden ellos. Lo que no comprenden ni es bueno que lo hagan, es que se sea sistemáticamente injusto. Eso no es admisible.
Yo he visto a profesores que se niegan a lo que les piden sus alumnos, aunque sea justo, aunque sea lógico ¿y por qué? Por afianzar una supuesta jerarquía. Vaya porquería de jerarquía, la que se basa en la negación sistemática de la razón. Profesores incapaces de ver que los estudiantes tienen la razón algunas veces no deberían dedicarse a esto.
Muchos no creen en los estudiantes, por sistema. Si el estudiante les dice algo, desconfían ¿por alguna razón? No: por sistema.¿Por qué no hemos de confiar en que nos digan la verdad?
Yo creo que si se confía, los estudiantes son sinceros, incluso son sinceros cuando se equivocan, pero hay que ser legales, hay que tender a la justicia.Yo conozco a muchos profesores que no trabajan: que van a sus clases. No es lo mismo. Profesores que llevan treinta años o cinco años sacando jugo a la misma fotocopia, al mismo apunte de clase. Profesores incapaces de trabajar las 37 horas que nos paga la administración. No están ‘motivados’. No tienen tiempo: ‘Estoy casado/a, tengo una familia’. Como si los que trabajamos fuera de horas no la tuviéramos. Estoy cansada de oír esas excusas. Y si el profesor no está motivado ¿como queréis que motive a los estudiantes? El aburrimiento, la falta de estímulos, los horarios abusivos de una administración que cree que el estudiante es una cosa que se deposita durante 8 horas en un sitio, casualmente llamado Escuela o Instituto, pero que bien podría llamarse aparcamiento de personas menores de edad…¿qué mejor espoleta para la agresión?
Los profesores de Instituto trabajamos 24 horas semanales en los Institutos.Los estudiantes están ahí de 8 y diez de la mañana a cinco y treinta cinco minutos de la tarde (haced la cuenta). Después, los papás los llevan a otras clases, y luego están los deberes. Me gustaría saber quién es el guapo que aguanta eso sin ponerse violento.
Es cierto que muchos padres no educan a sus hijos. Que hay padres que no tienen tiempo para ellos. Conozco a muchos estudiantes cuya única actividad en común con sus padres es ir al hipermercado con ellos. Estos estudiantes son especialmente sensibles al afecto o al respeto que sus profesores puedan expresarles.
No, el problema no está sólo en los estudiantes.
Estoy cansada y harta de que se les culpe de todo. Yo le doy la vuelta a la tortilla.
¿Hay alguien ahí que piense como yo?
La imagen procede de aquí
8 comentarios
junior huerta -
marcia -
Gurutz(alumno de 16 años) -
Gabriela -
Un abrazo a todos y cada uno.
Ferre -
Ahora, no creo que , por el mero hecho de ser profesor, tengan que tolerar comportamientos irrespetuosos (con la persona y con la actividad del aula) y humillantes. El profesor no tendría por qué ganarse el respeto, de la misma forma que el empleado del banco no tiene por qué ganarse el respeto del cliente: todos deben respetarse por simples normas de educación y convivencia. Una cosa es que haga lo posible por que la relación entre él y los alumnos sea más fluida y otra cosa es que tenga que luchar por un respeto que debería existir de por sí (doy por sentado que él respeta a los alumnos... si no, sería un maestro de los del párrafo anterior).
Tampoco veo bien que el profesor tenga que hacer tareas de su trabajo en su tiempo no laboral para llegar a unos mínimos de calidad educativa. Eso indica que hay un problema de organización. A lo mejor habría que dar menos horas lectivas y dedicar más tiempo a tutorías, preparación y formación: o sea, menos pero mejor. Claro que para eso se necesitarían más profesores y el dinero es finito.
De todas formas, el profesor es maestro, pero también trabajador, y el trabajo hay que pagarlo. Sí, hay una vida fuera de la enseñanza, de la misma forma que la hay fuera de la medicina, la investigación, la ebanistería o lo que sea. Ese tiempo lo emplea cada cual como quiera (tenga o no relación con su trabajo), no siendo motivo de menor cumplimiento de su trabajo. Por supuesto, esto no quiere decir que algunos días, excepcionalemente, hay que quitarle horas a la vida personal, como pasa en cualquier trabajo: pero debe ser la excepción, no la norma.
Estoy de acuerdo con Maite en que los adolescentes actualmente parecen carecer de educación y valores. No porque sean adolescentes, sino porque la sociedad en general carece de ellos también. Vamos, que lo mismo le pasa a muchísimos adultos (soy pesimista y creo que a bastantes más de los que creo). En este sentido, el primer párrafo del comentario de Portnoy es acertadísimo, al poner el dedo en la llaga: la gente mantiene que la educación, el saber, el conocimiento, etc. son valores positivos y por los que toda persona debería sentir afán por alcanzarlos pero la realidad es justo la contraria, es algo de lo que hay que huir como la peste (no vaya a ser que se contagie). Sí, creo que si pelamos la cebolla, eso estará, si no en el centro de ella, casi casi. Eso afecta enormemente a la sociedad en conjunto y a los individuos que la componen, ya sean padres, alumnos o profesores
Disculpad si no me he explicado bien. Entre que es lunes y el tema se las trae, no sé si me habré hecho entender de forma medianamente inteligible.
Saludos,
Ferre
Portnoy -
Supongo que el problema no se restringe a un único causante. No sé... no quisiera sintetizar demasiado, reducir el problema a señalar con el dedo los problemas, sobre todo teniendo en cuenta el enfado monumental de Gabriela.
Notas: muchos profesores no educan; muchos padres creen que pueden exigir (incluso a golpes)calificaciones para sus hijos; estos luchan contra una sociedad que se rinde ante la notoriedad conseguida sin ningún esfuerzo intelectual (incluso a golpes) a base de gritos y solipsismos contundentes;... más... hay muchos más factores...
Discrepo con Maite que dicen que los niños y adolescentes carecen de educación y valores: Es deber de los padres proporcionárselos y de los educadores consolidarlos.
Un saludo
Maite -
De cualquier forma, reconozco también falta de educación y valores por parte de niños y adolescentes(pase de balón a la familia).
Gregorio -
Un abrazo cordial (por supuesto)