Hablar, desarmarse, confiar...
Fragmento de El silencio y el resto, de Tomás Segovia.
Publicado en A contracorriente, UNAM, México, 1973.
Hablar es desarmarse porque es estar siempre en falta abiertamente. Es cierto pues que “Seul le Silence est grand, tout le rest est faiblesse” (Vigny) . Pero esta debilidad puede ser el principio de una fuerza. El que habla y con ello abre la puerta a la duda, el que se explica y de ese modo se descubre, el que se expresa y por tanto, nunca coincidirá exactamente consigo mismo, el que se delata, renuncia a la victoria. Lo cual no significa necesariamente que esté por debajo de la victoria. Puede quizá aspirar a una victoria más alta, no sobre el contrincante, sino sobre la guerra misma. Puede pensar que la guerra no nos ha sido dada para vencer en ella sino para vencerla.
Entonces romper el silencio es empezar a desgarrar las tinieblas. El que dice arriesga todo porque es la única manera de poder, quizá, ganar todo. Abandona las armas porque no quiere ganar un poder sobre los otros. Espera poder recibir el don que de sí mismos le hagan los otros como seres enteros. Perderse en explicaciones es correr efectivamente el riesgo de perderse. Pero todo lo que puede perderse puede también salvarse, e incluso sólo eso puede salvarse. El que se delata y el que entra en explicaciones, el que intenta motivar sus actitudes y el que busca el sentido de sus actos, el que quiere hacerse comprender y el que aspira a iluminar sus sentimientos, busca darse a conocer y busca también conocerse, pero admite que estas dos cosas son una sola. (...).
Para muchos, esa dependencia y ese margen serán la imagen de una debilidad irremediable que quizá deseen someter y aprovechar, pero de la que nunca se les ocurrirá esperar fuerza alguna y mucho menos, apoyo (...).
De este modo, si sólo quien nos resiste, nos domina y no se deja “penetrar” puede parecernos fuerte, en cambio sólo quien no nos domine ni resista y se nos transparente puede hacernos fuertes. Para alcanzar la plenitud ideal de nuestra propia realización en la relación con otro ser, es preciso que (...) pongamos en sus manos el poder de destruirnos totalmente y es preciso que él no use ese poder. Si lo usa, estamos perdidos verdaderamente. (...)
De entre los que en este mundo se atreven a tener la flaqueza de “decir”, sólo de entre ellos, si no sucumben, pueden surgir aquellos que no poseen la fuerza, pero que pueden dárnosla: darnos apoyo sin someternos, darnos sentido, sin hacernos absurdos, modelarnos sin mutilarnos, fundarnos sin usarnos, darnos la consistencia sin quitarnos la libertad. Y todo lo que en la coexistencia no es sólo acechante enemistad y pacto sórdido, lo que hace de la vida entre los hombres algo más que una obstinación apenas justificable, todo eso pone en obra todos los días el milagro de la transparencia humana en la luz del lenguaje, que hace que en cada una de nuestras jornadas hayamos transcurrido, sin notarlo apenas, por lo secreto de tantas personas.
(Publicado en la Revista Mexicana de Literatura, 1964).
6 comentarios
Gabriela -
Besos.
isabelbarcelo -
"De entre los que en este mundo se atreven a tener la flaqueza de decir, (...) pueden surgir aquellos que no poseen la fuerza, pero que pueden dárnosla: darnos apoyo sin someternos, darnos sentido, sin hacernos absurdos, modelarnos sin mutilarnos, fundarnos sin usarnos, darnos la consistencia sin quitarnos la libertad." ¿No sería esa la función educadora de los padres, lo que todos los padres deberíamos tratar de hacer con nuestros hijos?
Me alegra que vuelvas a bloggear, querida amiga. Un abrazo muy fuerte.
Gabriela -
Saludos.
Fernando Giucich -
Gabriela -
Muchos saludos.
Libros -