Ocaña, retrat intermitent, de Ventura Pons
Título original: Ocaña, retrat intermitent
Año: 1978
Duración: 85
Compañía Productora: Producciones Zeta, S.A. P.C. Teide
Distribuidora: P.C. Zeta
Género: Documental-Histórico
Reparto: José Pérez Ocaña, Camilo, Nazario, Paco de Alcoi
Dirección: Ventura Pons
Productor: José Maria Forn Costa
Guión: Ventura Pons
Música: Aureli Vila
Fotografía: Lucho Poirot
Montaje: Emilio Rodríguez, Valeria Sarmiento
Dirección artística: Miguel Sanchis
Nacionalidad: España
Fecha de Estreno: 01-06-1978
El cine español de la época inmediatamente posterior a la muerte de Franco comenzó a sacar a la luz realidades existentes en la sombra.
La primera película de Ventura Pons tuvo un gran éxito en su estreno, tanto en España como en Cannes, en la sección "Un certain regard". El tiempo ha pasado, pero el documental de Pons no ha envejecido. El acercamiento ejemplar de Pons a esta figura compleja, inteligente, sensible y dolorida sigue vigente, cargado de fuerza expresiva tanto estética como ética.
Ocaña es un artista popular, no en el sentido de ser común o conocido por todos, sino en el sentido de que bebe de las fuentes de la cultura popular en su vertiente antropológica. Su apego a las formas y a los ritos de la religión, y su rechazo por la doctrina de la iglesia son típicas del sincretismo religioso popular. Ocaña ama la belleza de la ceremonia, las vírgenes andaluzas por sus mantos o por la esplendorosa belleza de las procesiones. Como él dice: "No adoro a la Virgen en sí, sino al escultor del siglo XVII que la ha tallado". Ama y odia, como Catulo, a su pueblo de Cantillana. Lo ama por sus fiestas, por sus procesiones, por sus entierros, por su cementerio. Lo odia porque ahí ha sido reprimido, escarnecido y rechazado. Emigra a Barcelona en 1971 buscando la libertad que le permita ser él mismo y rechaza las etiquetas. No es homosexual, dice, ni travesti. Es persona. Y "teatrero".
Ocaña vive en la calle y en ella busca su identidad. Provoca a los burgueses, pero entre sus semejantes, entre las buenas y malas gentes del Raval o la Rambla se defiende bien. Vemos una Barcelona ya inexistente o quizá agonizante, según nos mostró Guerin en su En construcción, en aquellos tiempos de la transición aún alejada del turismo, aún virgen, en cierto modo, y aún libre. Ocaña minimiza la moral represiva y la hipocresía, pero no para destruirla, sino para hacerse un hueco en el mundo, con sus desafinadas coplas, sus melodramas de los Quintero, sus disfraces y su talco en el pelo. Sin renunciar a sí mismo, Ocaña se convierte en otros y en otras. Pinta maravillosos cuadros naïve y hace vírgenes y cabezudos de papel maché. Otra de las manifestaciones de su expresividad artística es la "performance" o el teatro de calle: organiza procesiones, canta las canciones de Concha Piquer, se viste de flamenca con abanico y moño: ríe y llora su Andalucía para luego hablar de Goya o de Lorca. Rechaza la mirada intelectualoide, psicoanalizante o snob. No quiere intelectualizar su diferencia. Pons, que ha sido director de teatro antes que cineasta, lo retrata en el ámbito íntimo de su habitación y en el ámbito público, en su vertiente extravertida y callejera. Pons escucha al Ocaña íntimo y lo mira de cerca, muy de cerca... para después seguirle por las Ramblas, el Café de la Ópera, el Cementerio de Montjuich o la Plaza Real. Pons examina al personaje y a la persona con mirada cómplice: la cámara muestra que el mayor talento de Ocaña es su verdad, su dignidad, la resistencia ante la sociedad represora en que ha vivido. Y nos muestra también su fragilidad cuando recuerda aquellos amores primigenios cerca del río, en el barro, entre las cañas; los cuerpos recién descubiertos, el sexo, el amor "aunque esa palabra no me gusta", y los insultos y las burlas de su vida de niño. La diferencia consiste en que él reivindica y persigue su ser sin dejarse comer ni por la progresía ni por los valores caducos. Ocaña es un ser hermoso en su pureza y en su marginación, en su discurso y en sus obras. Y esa belleza de su verdad ha perdurado después de tantos años gracias al cine, gracias a Pons.
Ocaña murió en Cantillana, su pueblo, cuando el vestido de papel de Rey Sol que llevaba se incendió con una bengala. Una de las grandezas del cine reside en que, por medio de él, seres como Ocaña permanecen para ser de nuevo escuchados y abrazados por nosotros en un "certain regard" que no tiene fecha de caducidad.
Algunos de los críticos (Antonio Álvarez Solís, Terenci Moix, José Luis Guarner, Fernando Trueba)resaltan la relación de Ocaña con Barcelona y lo consideran epítome de aquel barcelonismo mestizo que tanta riqueza dio. Yo prefiero quedarme con el individuo que, si bien pudo expresarse más o mejor en la Ciudad Condal, habría sido él mismo en cualquier parte.
Os dejo la copla que uno de vosotros me dio a conocer y que ahora puedo compartir con todos.
25 comentarios
Licantropunk -
Abrazos.
maria asunción -
maria asunción -
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Veinte/anos/Ocana/elpepuespcat/20030919elpcat_18/Tes
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/PeREZ_OCAnA/_JOSe/muestra/rescata/pintura/Ocana/anos/olvido/elpepuespand/20001223elpand_17/Tes
maria asunción -
maria asuncion -
Reinon Munoz -
Gabriela Zayas De Lille -
EMI -
Romance a Ocaña
(Dedicado a José Ocaña, torbellino andaluz en las ramblas de Cataluña.)
"Era malvaloca loca de querer cerveza la boca lo ojos café
Y que bonita pintaba la ilusión y que bonita cantando en su balcón.
Regaba la rosa regaba el clavel y entre copla y copia soñaba con él.
Era alegría de las Ramblas, corazón armaba el taco. Era la revolución. Virgen de peineta y de mantilla pluma de abanico torbellino ¡ay! virgen como Carmen de lirio.
Estribillo
¡Ay! se fue se fue vestida de día. ¡Ay! se fue se fue vestida de sol. ¡Ay! se fue las malas lenguas decían. ¿Qué fuego la prendería? ¡El fuego del corazón!
Feria en Cantillana. Cometa de fuego que en la primavera subió para el cielo.
Un ángel malo le estará cantando a Dios «Ojos verdes» «María de la 0».
Fue libre en la duda libre en el «te quiero» ¡libre! ¡libre! Libre como el viento.
Y pagó el precio de vivir y la alegría la pagó con la moneda amarga del limón.
¡Ay de quien no sienta la cabeza y entre nubes de sueños se pierde! ¡Dios le salve de la clase media!"
Yo ví un montaje suyo en Zaragoza, y me gustó mucho. de hecho aún lo recuerdo. Se trataba de un velatorio de papel maché, tamaño natural, con muerto y todo.Él estaba allí con su sombrero bombín y sus ojos pintados. Aún lo recuerdo perfectamente.
Gabriela -
Un saludo cordial.
reinon muñoz -
Impresionante y alucinante que no haya casi referencias en Internet. Pero ya vendrán con el tiempo. Lo de siempre.
Gabriela -
josemaria -
Gabriela -
licantropunk -
Gabriela -
licantropunk -
Gabriela -
Un saludo, Antonio.
ANTONIO ELESERRE -
Gabriela -
Y emejota, tengo en mente la reseña...Saludos a ambos.
emejota -
Un abrazo
Magda -
Un beso.
Gabriela -
Saludos cariñosos.
emejota -
Has citado al desaparecido José Luis Guarner y eso me ha hecho tener un recuerdo para un gran crítico de cine al que siempre respeté muchísimo.
Un abrazo
Gabriela -
fgiucich -