Historia de la Crítica Literaria de David Viñas
Por Sara Alcina Zayas
Ariel, Barcelona, 2002, (Literatura y Crítica).
Nos encontramos ante un manual de historia de la crítica literaria. El hecho de titularlo "Historia de la Crítica literaria" nos indica ya que nos hayamos ante un manual que se sirve de un ordenamiento cronológico de los datos y diversos contenidos, como el mismo autor advierte en su breve nota preliminar:"Esta obra se propone como objetivo primordial ofrecer una panorámica bastante completa de lo que ha sido la Historia de la Crítica Literaria en Occidente".En estas primeras palabras que abren la introducción encontramos la adscripción a una tradición literaria y cultural muy concreta: la Occidental, (que parece ser la única merecedora de aparecer en letras mayúsculas...)No es peraremos pues de la citada obra ninguna incursión, ni tan siquiera mención a la tradición oriental, pese a su importancia. A mi modo de ver Viñas sigue con la línea etnocéntrica adoptada por la mayoría de manuales que, como éste, presumen de tener un carácter universitario.
A continuación el autor justifica el punto de vista diacrónico aduciendo que este enfoque facilita un prisma multidisciplinar: "Una visión diacrónica permite advertir, cómo, efectivamente, las aproximaciones a la literatura se han hecho a menudo desde posiciones pertenecientes a otras esferas: a la Filosofía, a la Estética, a la Retórica, a la Ética, a la Política, a la Sociología, a la Lingüística, al Psicoanálisis. Y, por supuesto, también desde disciplinas propias del ámbito literario: desde la Historia Literaria, desde la Crítica Textual, desde la Teoría de la literatura, desde la Crítica Literaria, desde la Literatura Comparada."
Prosigue la nota citando a dos críticos literarios de prestigio que adoptaron a su vez este mismo criterio: René Wellek y el también poeta T.S Eliot.
La perspectiva diácronica, la mención a las distintas disciplinas en mayúsculas -y digo esto, literalmente-y en general el carácter marcadamente etnocéntrico del manual-aunque este rasgo cultural sea compartido por la inmensa mayoría de la producción manualística universitaria-, son grises frutos nacidos de la herencia decimonónica del más rancio positivismo.
En el índice, muy pormenorizado y bastante extenso (siete caras), se puede observar esa "multiplicidad" a la que alude el autor, tanto de autores como de escuelas y corrientes. Esto le sirve a Viñas también para seguir explicando el porqué de la diacronia: "Sólo la adopción de un sentido considerablemente amplio de la actividad crítica como el que aquí se postula permite englobar en una misma obra material tan heterogéneo..."
Respecto a los materiales y fuentes utilizados y el factor subjetivo que toda obra de estas características puede contener, obras en la que el estudioso en cuestión debe seleccionar los autores y fenómenos que considera más importantes para excluir otros, el profesor explica: "...ha tratado de atenuarse la inevitable subjetividad confrontando algunos de los más prestigiosos estudios y antologías de Estética y de Crítica Literaria en busca de coincidencias, en busca de aquellos textos unanimámente considerados esenciales en la historia de los estudios literarios."Todos ellos se hayan citados detalladamente en la bibliografía.
Formalmente, el manual está dividido en seis grandes capítulos que van desde la Antigüedad Clásica hasta la Crítica Literaria del siglo XX, pasando por la Edad Media, el Humanismo-ciclo clasicista, el Romanticismo y las tendencias de la crítica de la segunda mitad del XIX. Según el tratamiento de cada capítulo puede dividirse a su vez el manual en dos grandes bloques separados por la frontera artificial que marca el siglo XX, que ocupa una tercera parte de lo que es el grueso de la obra.
Los capítulos del primer bloque contienen una introducción más o menos general sobre la época, el contexto histórico, político, económico y en muy menor medida: social (atrás deja Viñas Piquer las historias marxistas de la literatura y el arte, que, aunque ya superadas, tanto han aportado a la Estética y a la Crítica en general). También nos habla del papel de la literatura en esas esferas y cita otros datos de interés contextual. A continuación se dedica una entrada orientativa acerca de la adscripción del autor que se comentará seguidamente.Y finalmente, en toda una serie de subcapítulos se desarrollan las ideas básicas contenidas en la obra del autor. En la trilla de esas ideas se consideran a lo sumo una o dos obras críticas de cada autor, sin profundizar en la producción menor de cada uno, si no es para mencionarla muy brevemente.
En el segundo bloque cronológico del manual se sigue la misma dinámica, pero en vez de tratar de autores individualizados como en la anterior, se profundiza en corrientes y escuelas donde se inscribe una mayor o menor variedad de autores, que se citarán o no según sus respectivos papeles en dicho movimiento.
La totalidad de los capítulos y subcapítulos están salpicados de citas o referencias a textos clave de la historia de la crítica; referencias que se pueden completar y en las que se puede ahondar con la ayuda del índice bibliográfico.
El manual es, en términos de estructuración de contenidos y de selección de autores y corrientes, absolutamente clásico. Maneja un lenguaje neutro, con un léxico estándar y poco especializado, lo que lo posibilita como lectura óptima para primeros cursos universitarios e incluso para un público menos específico. Aún así, en ocasiones, se extiende innecesariamente en adulaciones sobre la repercusión, prestigio e importancia de los autores tratados. Quizás sería más interesante entretejer con más firmeza las redes y el sistema de influencias entre los distintos temas y autores, trabajo que aportaría al manual la unidad y cohesión de la que en ocasiones carece.
Ariel, Barcelona, 2002, (Literatura y Crítica).
Nos encontramos ante un manual de historia de la crítica literaria. El hecho de titularlo "Historia de la Crítica literaria" nos indica ya que nos hayamos ante un manual que se sirve de un ordenamiento cronológico de los datos y diversos contenidos, como el mismo autor advierte en su breve nota preliminar:"Esta obra se propone como objetivo primordial ofrecer una panorámica bastante completa de lo que ha sido la Historia de la Crítica Literaria en Occidente".En estas primeras palabras que abren la introducción encontramos la adscripción a una tradición literaria y cultural muy concreta: la Occidental, (que parece ser la única merecedora de aparecer en letras mayúsculas...)No es peraremos pues de la citada obra ninguna incursión, ni tan siquiera mención a la tradición oriental, pese a su importancia. A mi modo de ver Viñas sigue con la línea etnocéntrica adoptada por la mayoría de manuales que, como éste, presumen de tener un carácter universitario.
A continuación el autor justifica el punto de vista diacrónico aduciendo que este enfoque facilita un prisma multidisciplinar: "Una visión diacrónica permite advertir, cómo, efectivamente, las aproximaciones a la literatura se han hecho a menudo desde posiciones pertenecientes a otras esferas: a la Filosofía, a la Estética, a la Retórica, a la Ética, a la Política, a la Sociología, a la Lingüística, al Psicoanálisis. Y, por supuesto, también desde disciplinas propias del ámbito literario: desde la Historia Literaria, desde la Crítica Textual, desde la Teoría de la literatura, desde la Crítica Literaria, desde la Literatura Comparada."
Prosigue la nota citando a dos críticos literarios de prestigio que adoptaron a su vez este mismo criterio: René Wellek y el también poeta T.S Eliot.
La perspectiva diácronica, la mención a las distintas disciplinas en mayúsculas -y digo esto, literalmente-y en general el carácter marcadamente etnocéntrico del manual-aunque este rasgo cultural sea compartido por la inmensa mayoría de la producción manualística universitaria-, son grises frutos nacidos de la herencia decimonónica del más rancio positivismo.
En el índice, muy pormenorizado y bastante extenso (siete caras), se puede observar esa "multiplicidad" a la que alude el autor, tanto de autores como de escuelas y corrientes. Esto le sirve a Viñas también para seguir explicando el porqué de la diacronia: "Sólo la adopción de un sentido considerablemente amplio de la actividad crítica como el que aquí se postula permite englobar en una misma obra material tan heterogéneo..."
Respecto a los materiales y fuentes utilizados y el factor subjetivo que toda obra de estas características puede contener, obras en la que el estudioso en cuestión debe seleccionar los autores y fenómenos que considera más importantes para excluir otros, el profesor explica: "...ha tratado de atenuarse la inevitable subjetividad confrontando algunos de los más prestigiosos estudios y antologías de Estética y de Crítica Literaria en busca de coincidencias, en busca de aquellos textos unanimámente considerados esenciales en la historia de los estudios literarios."Todos ellos se hayan citados detalladamente en la bibliografía.
Formalmente, el manual está dividido en seis grandes capítulos que van desde la Antigüedad Clásica hasta la Crítica Literaria del siglo XX, pasando por la Edad Media, el Humanismo-ciclo clasicista, el Romanticismo y las tendencias de la crítica de la segunda mitad del XIX. Según el tratamiento de cada capítulo puede dividirse a su vez el manual en dos grandes bloques separados por la frontera artificial que marca el siglo XX, que ocupa una tercera parte de lo que es el grueso de la obra.
Los capítulos del primer bloque contienen una introducción más o menos general sobre la época, el contexto histórico, político, económico y en muy menor medida: social (atrás deja Viñas Piquer las historias marxistas de la literatura y el arte, que, aunque ya superadas, tanto han aportado a la Estética y a la Crítica en general). También nos habla del papel de la literatura en esas esferas y cita otros datos de interés contextual. A continuación se dedica una entrada orientativa acerca de la adscripción del autor que se comentará seguidamente.Y finalmente, en toda una serie de subcapítulos se desarrollan las ideas básicas contenidas en la obra del autor. En la trilla de esas ideas se consideran a lo sumo una o dos obras críticas de cada autor, sin profundizar en la producción menor de cada uno, si no es para mencionarla muy brevemente.
En el segundo bloque cronológico del manual se sigue la misma dinámica, pero en vez de tratar de autores individualizados como en la anterior, se profundiza en corrientes y escuelas donde se inscribe una mayor o menor variedad de autores, que se citarán o no según sus respectivos papeles en dicho movimiento.
La totalidad de los capítulos y subcapítulos están salpicados de citas o referencias a textos clave de la historia de la crítica; referencias que se pueden completar y en las que se puede ahondar con la ayuda del índice bibliográfico.
El manual es, en términos de estructuración de contenidos y de selección de autores y corrientes, absolutamente clásico. Maneja un lenguaje neutro, con un léxico estándar y poco especializado, lo que lo posibilita como lectura óptima para primeros cursos universitarios e incluso para un público menos específico. Aún así, en ocasiones, se extiende innecesariamente en adulaciones sobre la repercusión, prestigio e importancia de los autores tratados. Quizás sería más interesante entretejer con más firmeza las redes y el sistema de influencias entre los distintos temas y autores, trabajo que aportaría al manual la unidad y cohesión de la que en ocasiones carece.
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