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Cine y mujeres

Contradictio in terminus (La historia de Felicitas Guerrero)

Contradictio in terminus (La historia de Felicitas Guerrero)

Resulta por lo menos sarcástico llamarse Felicitas y ser muy desdichada. De desdicha trata la historia de esta mujer argentina, nacida de una familia bien de Barracas, Buenos Aires, Felicitas Guerrero (1846-1872). Enamorada de Enrique Ocampo (lejano ascendiente de Victoria y Silvina), y casada a la fuerza a los 16 años con un hombre que tenía por lo menos 40 años más que ella y que mantenía ya una familia (secreta, por supuesto) en Río Grande con cuatro hijos, cuyas edades superaban con mucho la de su adolescente esposa, Felicitas no conoció la felicidad. 

Hoy en día estas historias de matrimonios de conveniencia arreglados por los padres  en las que se unía a una niña y a un viejo nos parecen muy lejanas. Históricamente, sin embargo, esto sucedió apenas ayer.

A pesar de su resistencia, Felicitas obedeció y se casó con Martín de Álzuaga, uno de los hombres más ricos de su tiempo, estanciero, con quien tuvo dos hijos, muertos en la infancia.

Diez años después del matrimonio, Martín murió, dejándola heredera de una inmensa fortuna y de una cantidad de haciendas. Así fue como la joven Felicitas se convirtió en administradora de sus bienes, y cómo se vio de nuevo lanzada a la ruleta rusa de encontrar nuevo marido, ya que a pesar de estar demostrando que era una mujer de cabeza bien firme, se suponía, se supuso, que necesitaba a un hombre (otra vez), para controlar la fortuna y las propiedades. Enrique Ocampo volvió a aparecer en su vida, pero tempus fugit, la ahora rica viuda no lo vio como lo había visto antes, ni lo eligió, como lo habría elegido antes. Enrique había cambiado, ella también, y libremente, Felicitas quiso casarse esta vez con otro estanciero, Samuel Sáenz Valiente.

Enrique no supo aceptar esta decisión de Felicitas, como antes los otros hombres de su vida tampoco quisieron aceptar sus decisiones. 

Es curioso comprobar en esta historia el papel de todos los hombres de su vida: su padre, que la obligó a casarse apenas llegada a la adolescencia con un hombre que le repugnaba; Martín de Álzuaga, que escogió como esposa a una niña menor que todos sus hijos; Enrique, que no supo aceptar su negativa y la mató, disparándole por la espalda para evitar "que fuera de otro": triste concepción de la mujer como objeto que se posee y que es tan contemporánea todavía. Nos queda Samuel, que sinceramente enamorado de la hermosa y rica viuda, a saber cómo habría reaccionado una vez casado con ella.  Todos negaron a Felicitas la capacidad de decidir sobre su propia vida, de cometer sus propios errores, de conseguir sus propias victorias.

Y ella se sometió.

La historia se ha convertido en leyenda. Los padres erigieron un templo en honor de su hija muerta. Otra ironía, ya que en el origen de la tragedia estuvo su decisión de casarla con un hombre al que no amaba. En Buenos Aires se cuenta que el fantasma de Felicitas aparece cada año y recorre las capillas de su templo.

Con alguna licencia sobre la verdadera historia, Teresa Constantini relata el drama con realismo, pero sin inspiración. De todos modos, la película es interesante, puesto que el sujeto lo es. Los actores, estupendos.

 

Felicitas Guerrero, Dir: Teresa Constantini, Reparto: Sabrina Garciarena, Gonzalo Heredia, Antonella Costa, Luis Brandoni, Alejandro Awada, Ana Celentano. (Argentina, 2009).

Arielle Dombasle: Ni norteamericana ni francesa: ¡chicana!


Me ha gustado mucho encontrar este video de Arielle Dombasle porque con qué gracia pasa a decir al entrevistador que puede sentirse francesa o norteamericana, pero que en realidad, en lo profundo es chicana y latinoamericana.

Ya me imagino el asombro del entrevistador.

Me ha gustado siempre mucho esta mujer, desde que la vi en Paulina en la playa. Nació en USA en 1953, pero creció en México, donde su abuelo era embajador de Francia. Después de la prematura muerte de la madre, la abuela es la que se ocupa de la educación de la cría y ahí empieza la afición al canto, a la danza y al teatro. Arielle se instala en París en 1976 y debuta nada menos que con Perceval el Galo de Erich Rohmer, que, como he dicho, la adoptará como su musa durante una década y media. Rohmer había escrito un guión veinte años atrás para Brigitte Bardot, pero tras tanto tiempo en el cajón fue a parar a manos de Arielle: Pauline en la playa. Vinieron también La buena boda y El árbol, el alcalde y la mediateca y La rodilla de Clara.. Arielle se convierte en la musa de otros intelectuales, de Robbe-Grillet a Peter Handke o Raoul Ruiz, especialmente en Fado y en Las almas fuertes. Con todos ellos ha rodado varias películas.

Sin embargo, es también una genial cómica, como demuestra en sus colaboraciones para la saga de los Ásterix, al lado de Depardieu, con quien también ha filmado Vatel, por ejemplo. Ha sido compañera de rodaje de Johnny Depp en El Libertino y, en fin, su filmografía abunda en títulos extremadamente minoritarios y también ampliamente populares.

A mí me ha gustado especialmente en las de Rohmer y en L’ennui, de Cédric Kahn. Desde el 93 está casada con el filósofo Bernard-Henry Lévy.

Tilda Swinton

Desde que vi el Orlando de Sally Potter me fascinó Tilda Swinton. Su hermosura es distinta a la de otras actrices: puede ser angelical o perversa, masculina y femenina, blanca y oscura. Su trayectoria al lado de Derek Jarman (con quien filmó hasta su muerte), fue sencillamente, espectacular. Es una actriz independiente, heterodoxa, iconoclasta, que ha navegado casi continuamente bajo banderas corsarias.

De su filmografía destacaría todas aquellas películas suyas con Jarman; Caravaggio (1986) The Last of England (1988), Blue (1993) (voz) Wittgenstein (1993) y Edward II (1991). Después, su interpretación de Orlando (1992): no creo que sin ella, Sally hubiese podido hacer una película en la que todo se basa en que creamos que el personaje es primero varón y después, mujer. Tilda nació para ese papel. También, por ser totalmente diferente de las anteriores, destacaría su actuación en Young Adam (2003), además de su excepcional trabajo en Stephanie Daley (2006), y por supuesto, en Michael Clayton.

No he visto todas sus películas, pero me identifico con su idea del cine, con su criterio para elegir las películas. Brilla en todos sus papeles. No se la puede comparar con ninguna otra actriz, no por ser superior a todas, sino porque ella tiene una filosofía de su arte, además de lo que se tiene que tener para sobresalir en su oficio.

Danzón, de María Novaro


(Esta reseña contiene spoilers)

Ayer, en clase de Literatura de Bachillerato, leíamos (casi representábamos), El Caballero de Olmedo de Lope de Vega. Una de mis alumnas comentó que ojalá estuviéramos en aquellos tiempos, porque el cortejo había desaparecido y hoy todo es tan prosaico y tan sin gracia. Le recordé que antes las mujeres no se casaban por amor, que cuando tenían relaciones sexuales no tenían medios anticonceptivos y después podían morir de parto. Aun así, la idea de cortejo les pareció mejor que lo que ellas viven hoy. Esto me recordó la película de María Novaro, Danzón.

El danzón es un baile criollo, fundamentalmente cubano, en el que un hombre y una mujer bailan enlazados, pero a distancia; en el que las miradas no son francas, sino sesgadas: los danzantes se miran de refilón. Los pasos son cortos: se dice que el danzón se puede bailar sobre un pañuelo. La mano del hombre sujeta con delicadeza la cintura de su pareja. Es una danza muy propia de México, en donde el cortejo todavía existe, tal vez porque no hay tanto escepticismo. Digo esto porque creo que una de las características europeas con las que menos me identifico es ese escepticismo y ese cinismo europeo que parece consustancial a su ’civilización’. Todo ese escepticismo rechaza cualquier signo de sentimentalismo. Y el cortejo, o es sentimental o no es. Y el cortejo exige pudor. Es imposible cortejar con cinismo o escepticismo.

María Novaro, cineasta mexicana, escribió y rodó Danzón en 1991. La película cuenta con el reparto perfecto: María Rojo, Carmen Salinas, Tito Vasconcelos o Margarita Isabel... y cuenta la historia de una mujer trabajadora (Julia) que lo deja todo para buscar a su pareja de baile, que ha desaparecido súbitamente. Julia y él sólo se han encontrado, durante años, para bailar. Ella sabe muy poco de él: solamente que es cocinero. Por amistades comunes se entera de que su huida se debió a una injusta acusación de robo y se dirige a Veracruz a buscar a su pareja sin otra referencia que su amor por el danzón. Julia deja su pasividad ante la vida, sus asumidas expectativas de trabajo y de vida, para buscar, activamente, al objeto de su deseo: esa pareja de la que sabe tan poco, y sin embargo, que le ha dado tanto durante esos años de compartida pasión por el baile. Julia, dejando de lado la protectora actitud hacia su hija adolescente, la deja encargada en casa de sus amigas y en su viaje a Veracruz reencuentra, poco a poco, y con ayuda de doña Ti. la Colorada, del guapísimo Rubén (factor del puerto), y de una amiga travesti, su femeneidad, su ser femenino: seductor, fresco, sensual y honesto.

La búsqueda no es, pues, infructuosa, a pesar de que no encuentra a Ramiro, un caballero serio, callado, elegante y atento, al que descubre que ama cuando está tratando de encontrarlo.

De vuelta a la capital de la república, la primera noche que vuelve al salón donde suelen danzar, Ramiro reaparece. Él sabe que ella lo ha estado buscando: sabe pues, que lo ama. Por fin, ambos se pueden mirar a los ojos. No hacen falta las palabras: la toma del talle para bailar con ella.


Danzón. Directora; María Novaro. Guión: María y Beatriz Novaro; Reparto: María Rojo, Blanca Guerra, Carmen Salinas, Tito Vasconcelos, Margarita Isabel, Víctor Carpinteiro.Producción: Jorge Sánchez, Miguel Necoechea, Dulce Kuri, Tlacateotl Mata. Fotografía: Rodrigo García. Edición: Nelson Rodríguez, María Novaro, con la colaboración de Sigfrido Barjau. Música: Danzonera Alma del Sotavento, Danzonera Dimas de los Hermanos Pérez, Marimba La Voz de Chiapas, Pepe Luis y Felipe Pérez; canciones: Felipe Pérez, Pepe Luis, Agustín Lara y Consuelo Velázquez. Sonido: Nerio Barberis, (México, 1991).


(En el video, la escena final, la del reencuentro)

Sally Potter: La lección de Tango

Sally Potter: La lección de Tango

                                                                                                             

Me gusta mucho el cine de Sally Potter y me siento identificada con su feminismo humanista que no abronca a los hombres. Yo también creo, como ella, que no sólo las mujeres hemos sido despojadas de parte de nuestra historia, sino que también a los hombres les ha sido arrancada una parte de su ser, la más sensible y vulnerable, ésa que todos tenemos derecho a tener.

Y por eso me gusta La lección de Tango. Y también porque hace ya muchos años, en un Festival de Tango en México, escuché hipnotizada e incrédula a Astor Piazzolla. Hasta entonces, esa música no me decía nada. A partir de ese momento ha pasado a formar parte de la banda sonora de mi vida. 

La película de Sally Potter se inicia con el momento crucial de la creación: la guionista y directora frente al horror de la hoja en blanco. Algunas ideas se materializan en color: algunas imágenes van apareciendo. Un pequeño percance, un incidente sin ninguna importancia impide la continuación de la escritura. Finalmente, ese pequeño percance se convierte en un obstáculo de tal magnitud que hace huir a Sally Potter a París.

Casualmente o por destino, esto le llevará a conocer a Pablo Verón, a quien solicitará una Lección de tango. Y Pablo va a enseñarle el tango solamente si ella está dispuesta a no pensar, si acepta seguirlo ciegamente. La tiranía se justifica porque sólo él es el maestro, sólo él sabe por dónde, cómo y cuándo deben moverse los cuerpos en conjunción perfecta, en sincronía con la música. Cómo me gusta esa idea del abandono total en los brazos del otro. Es condición indispensable para la creación común. El tango -dice Borges- es un sentimiento que se baila.

Pero en París él es el maestro y ella se siente insegura, sola. Vuelve a Londres y piensa en una película (la película que hace rato que estamos viendo), con ella y con Pablo y con el tango. Y se lo propone. Le dice: Pero si aceptas protagonizar mi película, debes segurime en todo, ciegamente, sin pensar. Y así, él debe a su vez abandonarse al conocimiento de ella, totalmente. Obedecer de la misma manera que ha sido obedecido: sin reservas.

Me parece una idea tan hermosa, y tan perfecta. Por supuesto, esto crea muchas tensiones. Son dos personas muy seguras de sí mismas, independientes, difíciles de dominar.

Pablo acepta, y van a buscar la raíz de todo en Buenos Aires. La raíz de esa música, de la danza, de la camaradería, del amor.

No sin problemas, la danza final se lleva a cabo en un galpón vacío, con el cello maravilloso de Yo Yo Ma y la música del Libertango de Piazzolla, sublime.

Ponerse de acuerdo, aceptarse, entregarse, crear, darse: amar, AMAR.

 

Sally Potter, The Tango Lesson (1997), UK-Francia-Argentina-Alemania. Sony. 

Y más información sobre esta interesante mujer aquí mismito.

Banda sonora y otros detalles de

Banda sonora y otros detalles de

YES es la historia del amor apasionado entre una mujer americana (Joan Allen) y un hombre del Oriente Medio (Simon Abkarian) en la que se confrontan los principales pilares de nuestras civilizaciones: los temas religiosos, políticos y sexuales.
Sam Neill encarna el papel del traicionado y traicionero marido de la protagonista que se dedica a la politica; Sheila Hancock es la querida tía que comparte la vida con la familia americana, mientras que Shirley Henderson encarna a la criada filósofa que es principal testigo de la suciedad y destrucción que los amantes van dejando tras de sí, desde Londres y Belfast hasta Beirut y La Habana.
Aunque la última película de Sally Potter,“Yes,” apenas se ha estrenado en el Reino Unido y Estados Unidos a finales de junio, he conseguido la banda sonora.
De todos es sabido que la música en los films de la multifacética artista inglesa es uno de los elementos más cuidados. Ésta no es la excepción. Potter incluye también temas suyos, como suele ser habitual, esta vez “Pink shoes” y “Run” en versión de Fred Firth.
Sobre la música de “Yes”, Potter ha escrito lo siguiente:
“Cuando escribo un guión de cine me encuentro escuchando una y otra vez alguna pieza de música. Algo en esa pieza me guía hacia donde estoy tratando de llegar o se hace eco de alguna cualidad que posee la materia que me ocupa a medida que va emergiendo. En el caso de “Yes” esta pieza fue “Paru River” (Río Paru) compuesta por Philip Glass y tocada por el grupo brasileño Uatki. Ya que este guión está escrito en verso, deben haber sido inspiradores los insistentes ritmos de “Paru River”, que resonaban tan fuertemente, o tal vez la razón reside en su nombre, porque el lenguaje del film está construido para fluir, como un torrente de conciencia cinematográfico.
No sabía qué cantidad de música iba a soportar este film una vez terminado, aparte de la “música” del verso. Me llevó algún tiempo encontrar el equilibrio necesario en la etapa de post-producción. Pero al final, las piezas elegidas (o más bien, encontradas, por el método del ensayo y el error: un proceso intuitivo) parecieron establecer un diálogo con la imagen: algunas veces entrando con energía en la escena, otras, en contra de ella. Aún así, el eclecticismo aparente de la elección, que va de Chopin a Satie –reinterpretado por Claude Chalhoub, o Café Tacaba con el Cuarteto Kronos (y el “Paru River” intercalado varias veces), tiene su propia lógica interna.
Algunas de las piezas reflejan los diferentes mundos habitados por los personajes (de los interiores ingleses a las calles de Beirut y de La Habana) o su sueños secretos (Sam Neill tocando un guitarra imaginaria ante B.B. King y Eric Clapton. Hay una mezcla, un mestizaje entre las claves de Oriente y Occidente que inciden en los temas clave de la película. Por ejemplo, el arreglo dinámico que Gonzalo Grau ha hecho de “El Carretero”(un son cubano) tocado con un “duduk”, un instrumento de madera de origen armenio que tiene una historia de más de mil quinientos años. Y en todos los temas hay una sensación de fluidez acuática, una especie de anhelo.
Osvaldo Golijov se interesó generosamente por la música elegida por mí una nevada Navidad, en Boston, y me sugirió la adición de la preciosa música de Gustavo Santolalla. Tom Waits y Kathleen Brennan me dieron amablemente su permiso para introducir un nuevo arreglo de su exquisita “Fawn” para la última escena del film. Para las piezas que iban a ser grabadas especialmente para la película colaboré (por cuarta vez) con el inimitable Fred Firth.
A todos los músicos y compositores que aperecen en esta banda sonora agradezco su musicalidad, su generosidad y su ayuda”.
(traducido por Gabriela Zayas de la solapa de “YES” Edgemusic/Deustche Grammophon) 2005

Notas sobre la adaptación de

Notas sobre la adaptación de

Por Sally Potter (Trad. de Gabriela Zayas)

Mi objetivo al adaptar el libro de Virginia Woolf para la pantalla fue encontrar un camino verdadero hacia el espíritu del libro y hacia las intenciones de Virginia. Al mismo tiempo, intenté que la modificación del material no fuese brusca o innecesaria al transformarlo en material cinematográfico.
Habría sido contraproducente establecer una relación de servilismo literal respecto al libro, pues ella fue una escritora comprometida con la escritura y la forma novelística. La película, de la misma manera, debía comprometerse con la energía de lo cinematográfico. Y aun cuando el libro era una destilación de 400 años de historia inglesa (por cierto, una visión libre de esa historia, tocada con un cierto grado de licencia poética), la película necesitaba llegar aún más allá.
Los cambios más urgentes fueron de estructura. El argumento se simplificó: todos los hechos que no estaban directamente relacionados con el tema central fueron desestimados.
También se tuvo que reconducir la narración. Mientras que la novela podía soportar perfectamente la abstracción o la arbitrariedad (como el cambio de sexo de Orlando), el cine es más pragmático. Tenía que haber razones – aunque fuesen sutiles- para propulsarnos en ese viaje vital que se basa en una especie de suspensión en la incredulidad.
Así es como, en la película, la reina Elizabeth parece prefigurar la larga vida de Orlando("No desfallezcas, no te marchites, no envejezcas..."), mientras que en el libro esta perenne juventud permanece inexplicada.
Asimismo, el cambio de sexo de Orlando en la película es el resultado de haber llegado a una crisis: la crisis de la identidad masculina. En el campo de batalla él mira la muerte y la destrucción a la cara y afronta el reto de
matar o morir. Es la imposibilidad de Orlando para conformarse a lo que se espera de él como hombre lo que lo lleva (dentro de la lógica de la película), a este cambio de sexo. Después, por supuesto, como mujer, encuentra que no puede adaptarse a aquello que se espera de ella como fémina tampoco, y hace una serie de elecciones que la llevan, a diferencia del libro, a encontrarse sin un marido, sin su maravillosa casa, y con una hija – y no con un hijo, como en el libro-.
Estos cambios me parecieron consistentes del todo con el punto de vista que Virginia Woolf desarrolló en otras obras suyas en relación con la condición femenina (especialmente en "Una habitación propia") y también con la lógica interna del marco inicial de la primera parte de la historia.
Orlando es principalmente una historia de pérdida: la pérdida del tiempo a medida que transcurre; y una meditación sobre la fugacidad del amor, del poder y de la política. Yo simplemente llevé esa lógica hasta incluir la pérdida de la casa familiar y del estatus de la protagonista en el siglo XX.
En la novela, la pérdida de la propiedad es un indicativo de que las mujeres son ciudadanos de segunda clase, pero hay también un aspecto que merece una celebración: la pérdida de los privilegios y del estatus que se basa en un
anacrónico sentido de clase en Inglaterra.
Orlando por supuesto, fue escrita como una biografía espúrea de Vita Sackville-West. Cuando el libro se atiene más a los hechos reales, es cuando pierde fuerza como historia y como literatura – como cuando Orlando “se ocupa” de la casa al final del libro— que fue una recurso de Virginia para restaurar el mundo perdido a Vita Sackville-West.
Yo traté de transformar el "Orlando" en una obra más sólidamente unida a una visión profundamente irónica de la clase alta inglesa y de su actitud colonialista.
Al mismo tiempo, necesitaba que Orlando fuese un personaje adorable. La clave estaba en mostrar su inmarchitable inocencia. Sucede que él nace en el seno de una clase social, un lugar y un tiempo y es modelado por ellos, pero, aunque su ser esencial permanece, sus patrones de conducta y su actitud varían y se transforman.
Otros cambios evidentes ente libro y película fueron la inclusion de diálogos (y poemas) que han sido inventados a partir de sutiles claves encontradas en el texto... y las palabras de Orlando y sus miradas a cámara
se incluyeron como un guiño a la propia autora, que gusta de dirigirse directamente a sus lectores y para convertir el ingenio de Virginia Wolf en humor cinematográfico, capaz de provocar una sonrisa en los espectadores.
Finalmente, al concluir la obra en un tiempo presente, contemporáneo nuestro, respondía al mismo deseo de la autora de llevar el fin de su obra hasta el tiempo de su escritura. Llevar ese final hasta nuestros días requería incluir algunos hechos esenciales del siglo XX, como las dos guerras mundiales, la revolución electrónica y la contracción del espacio reinventado por la velocidad. Pero la película acaba en algún sitio intermedio entre el cielo y la tierra, en un lugar de comunión y de éxtasis con el momento presente.

María Novaro: una directora de cine mexicana

María Novaro: una directora de cine mexicana

María Novaro está considerada la directora de cine más exitosa y conocida de México y sin duda, la más prolífica. En 1991, su segundo largo, "Danzón" (protagonizado por la genial María Rojo, fue muy bien recibido en el Festival Internacional de Cannes. En el Festival de la Habana, el film ganó el premio al Mejor Director, y en Chicago y Valladolid, su protagonista ganó los premios a la Mejor Actriz. Asimismo, "Danzón" fue un éxito económico en México y América Latina.

María Novaro Peñaloza nació en México D.F. el 11 de septiembre de 1951.
En los 70 estudió Sociología en la UNAM y participó ya entonces en el colectivo feminista de mujeres, con las que llevó a cabo diversos documentales. Esta actividad la llevó a estudiar cine en el CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM). En la década de los 80, Novaro se dedicó a hacer cortos experimentales en super 8 y 16 mm. Al término de sus estudios trabajó en la industria como mezcladora de sonido y camarógrafa, para después convertirse en ayudante de dirección de Alberto Cortés en su film "Amor a la vuelta de la esquina"(1985). Empezó entonces su propia carrera de directora profesional. Fue precisamente uno de aquellos cortos, "Una isla rodeada de agua" (1984), el primero en llamar la atención de la crítica hacia el trabajo de Novaro. En ese ejercicio, acerca de una niña de la costa de Guerrero que emprende un viaje en busca de la madre que un día la abandonó, la directora planteaba los temas esenciales de toda su obra fílmica: la condición femenina en el México contemporáneo y la lucha de la mujer por la supervivencia emocional.

"Azul celeste" (1988), un corto acerca de una mujer embarazada que busca a su marido en la inmensa ciudad de México, fue el punto culminante de la primera etapa de la carrera de Novaro. Con él cierra su primera etapa como directora de cortos.

"Lola" (1989) se convertiría en el primero de, hasta el momento, cuatro largometrajes: el mayor número de los realizados por mujeres en México. Y trata del tema de la mujer sola que se enfrenta al mundo y a la maternidad, a la lucha por la vida, con coraje, asumiendo sus limitaciones y sin renunciar a nada.
En películas como "Danzón" (1991), "El jardín del edén" (1994) y "Sin dejar huella" (2000), María Novaro ha logrado establecer, con gran éxito, una empatía hacia el personaje femenino protagonista y reflejar la soledad existencial de la mujer mexicana contemporánea. Esta soledad, que sus personajes viven en carne y hueso, se expande y se puede asumir como la contraparte femenina a la soledad del hombre mexicano, tal como la esbozó Octavio Paz en "El laberinto de la soledad".
Sin restar méritos al resto de su filmografía, para mí su mejor obra sigue siendo "Danzón". Más adelante incluiré una reseña de esta obra.

Filmografia: Cortometrajes.

Lavaderos (1981)

Sobre Las Olas (1981)

Encaje y Azúcar (1981)

Es La Primera Vez (1981)

Conmigo la Pasarás Muy Bien (1982)

7 a.m. (1982)

Querida Carmen (1983)

Una Isla Rodeada de Agua (1985) Directora y guionista.

Pervertida (1985) Directora y guionista.

Azul celeste (1987) Directora y guionista.

Otoñal (1993) Directora y guionista.

Largometrajes:

Lola (1989) Directora y guionista.

Danzón (1991) Directora, guionista y editora.

El Jardín del Edén (1994) Directora, guionista y editora.

“Enredando Sombras” (1998) episodio de Cuando Comenzamos a Hablar.

Sin Dejar Huella (2000) Directora y guionista.

Nicole Garcia, cineasta francesa

Nicole Garcia, cineasta francesa

Sitio oficial de Nicole Garcia
El adversario (reseña)
Place Vendôme (reseña)

Nace el 22 de abril de 1946 en Orán (Algeria)
Deja su Algeria natal en la adolescencia y pasa a matricularse en la facultad de Derecho y Teatro en el Conservatorio de París. Gana el Primer premio de Comedia moderna en 1969, pero ya un año antes había debutado en el cine con "Des Garçons et des filles et Le Gendarme se marie", aunque su primer éxito lo obtiene en 1974 en "Que la fête commence" de Bertrand Tavernier.
Comienza a colaborar en películas audaces, tanto por su temática ("La Question" y "L’ Honneur d’un capitaine", dos obras militantes, sobre la Guerra de Algeria, o su estética ("Duelle" de Jacques Rivette o "Mon oncle d’Amérique", realizado por Resnais en 1980). También interviene en películas cómicas, como "Mais c’est grâce au Cavaleur", una comedia de Broca con Jean Rochefort -su pareja, entonces-, con la que obtiene el César como mejor actriz de reparto en 1978. El éxito de "Uns et les Autres", la saga de Lelouch, asienta su popularidad que, en los años 80, encarna con energía y sensibilidad los diferentes papeles que asume la mujer moderna: emancipada en "Garçon!" de Sautet, seductora ("Péril en la demeure" de Deville en 1985) o ambiciosa("El cuarto poder").

Al igual que sus amigos Christine Pascal et Brigitte Rouan, Nicole Garcia comienza su carrera de directora. Después de "15 août", cortometraje presentado en Cannes en 1986, comienza por los largometrajes, intersándose especialmente por personajes atormentados o enfermos, o en crisis existencial. Gusta de trabajar con grandes actores y actrices, como Nathalie Baye en "Un week-end sur deux" (1990), Gérard Lanvin en "Fils préféré", con el que gana el César al mejor actor en 1995; Catherine Deneuve en un atípico en ella papel de alcohólica en "Place Vendôme" (una actuación que le valió el Premio de interpretación en Venecia en 1998) y Daniel Auteuil, como mitómano en "El Adversario", evocación del caso Romand, que fue proyectado con gran éxito en Cannes en 2002.
Nicole Garcia no actúa en sus propias películas, pero sigue trabajando como tal en otras producciones, especialmente para el teatro y para la pequeña pantalla, ha trabajado como la esposa de Jean-Pierre Bacri en "Kennedy et moi" de Sam Karmane y encarna con una refrescante crudeza a la protagonista en "Betty Fisher et autres histoires" (2001) y muestra su encanto en "La Petite Lili" (2003), dos films de Claude Miller.

Sally Potter

Sally Potter

Ficha, fotos, crítica y trailer de "Orlando"
Trailer de "La lección de tango"
Trailer y ficha técnica de "Yes"

Mujer polifacética, Sally Potter es bailarina, coreógrafa, guionista, actriz, música y directora de cine. Pronto aparecerá su última película, ahora en la etapa de festivales, "Yes"(2004). Su estilo como directora es innovador, a la par que mantiene esos rasgos de belleza clásica que enamora al espectador. Nació en 1949 y comenzó a hacer películas amateur siendo todavía una adolescente, al tiempo que iniciaba su vida profesional como bailarina ( estudió en la London Scholl of Contemporary Dance)y "performancer". Siempre ha sido una lider. Durante la década de los setenta, Sally funda su propia compañía de danza y comienza una serie de cortos en blanco y negro y color con el tema de la danza. Se convierte en directora de teatro y pone en escena varias "performances" que pronto la dan a conocer al público británico.
su primer éxito internacional es el corti "Thriller" (1979), una versión libre de La Bohème de Puccini, lleno de creatividad y belleza, que se convirtió en una película de culto en los circuitos de los festivales internacionales, donde la Potter ha sido desde entonces un icono. Cuatro años más tarde, filma a Julie Christie en "Dagas doradas", la historia de una mujer que remonta el Yukon para hacerse cargo de una herencia y que por su tono feminista irritó a muchos, a la vez que encantó a otros. A este film siguió una sere televisiva: "Lágrimas, risas, miedos e ira" y una palícula documental sobre el cine soviético de mujeres que se llamó "I Am an Ox, I Am a Horse, I Am a Man, I Am a Woman" (1988).
En 1992 lleva a cabo el que hasta ahora ha sido su película más nombrada: "Orlando", con la maravillosa Tilda Swinton, que hasta entonces había sido la musa de Derek Jarman. Se trata, obviamente, de una adaptación de la novela de Virginia Wolf sobre un noble que vive 500 años y que se decepciona como hombre y como mujer (pues sufre una transformación sexual), sucesivamente de la poesía, el amor, la amistad y la política. El film mereció un éxito resonante y optó a dos Oscar y consiguió 25 premios internacionales.
Así, Potter se permite unir sus dos pasiones fundamentales, el cine y la danza, en el magnífico film "La lección de tango" (1997), coprotagonizado por el famoso bailarín argentino Pablo Veron.Aunque no obtuvo el mismo reconocimiento internacional que "Orlando", "la leccion" es una película que trata sobre los misterios de la creación artística, la exigencia, el amor, la lucha de sexos y otros temas con absoluta belleza y a la vez amablemente. Los críticos no se pusieron de acuerdo al intentar definirla. Para mí es una película que tiene un perfume especial. Un encanto que precisamente por indefinible es más preciado. En el 2000, Potter vuelve al tema de un viaje iniciático femenino: el que emprende una magnífica Christina Ricci en busca de su padre en la época de la Segunda Guerra Mundial. La película "The man who cried", coprotagonizada por un Johnny Depp silencioso y expresivo en su papel de caballista gitano, nos cuenta una historia de amor en la que Ricci pasa de su arrasada patria rusa a Londres, París y finalmente Los Ángeles acompañada en sus etapas por Cate Blanchett, John Turturro y Johnny Depp. Se trata de una historia hermosa y poe´tica, com todas las de Potter, en la que la audacia y la velantía femeninas no se contraponen con la existencia y la aceptación del gran amor. porque para Potter, el feminismo jamás llega a cuestionar la existencia del otro.