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El coronel Chabert, un hombre que murió dos veces

El coronel Chabert, un hombre que murió dos veces

Balzac describió en esta nouvelle la tragedia de un hombre que tuvo que morir dos veces. Una, en Eylau, en una carga del victorioso ejército de Napoleón y otra en la época de la Restauración, cuando su esposa le niega y le pide que vuelva a desaparecer entre las sombras.

El coronel Jacint Chabert es uno de los héroes napoleónicos y es dado por muerto erróneamente en esa singular batalla. Herido en la cabeza y enterrado en una fosa común, sale de ella sin saber cómo, y tarda diez largos años en volver a París. Enfermo, depauperado y casi loco, Chabert envía cartas a su esposa, pero ésta ha contraído ventajoso matrimonio, ha multiplicado la herencia recibida tras la ’muerte’ de Chabert y no desea saber nada de éste.

Solamente un hombre es capaz de escuchar al muerto vivo: el procurador Derville. Ellos, hombres de honor, deben enfrentarse en desigual batalla contra la ambición, la avaricia y la frialdad de la condesa (primero condesa Chabert y después condesa Férraud), que con uñas y dientes, como una hiena, defenderá su matrimonio con su segundo esposo, que ansía el nombramiento de Par del reino en el nuevo régimen. Con él defiende su ascensión social, su familia y su estatus.

Ningún escritor ha tenido, como Balzac, la fuerza dramática para contar esta historia cortante como el filo de un sable. Batalla moral en la que Chabert triunfa a pesar de perderlo todo: amor, fama, razón, salud, posición, nombre. 

La obra fue llevada al cine por Yves Angelo (fotografo de Tous les matins du monde), con Gérard Depardieu, Fanny Ardant, André Dussollier y Fabrice Luchini en los papeles principales (Francia ,1994). La peli cambia ligeramente el final de la nouvelle, concediendo a Chabert una justa revancha, orquestada por el procurador. Sin embargo, pienso que este final, en cierto modo más justo y más sentimental, quita fuerza y horror a lo que plantea Balzac en una obra en la que el tema es precisamente la radical injusticia de la vida y la terrible maldad de muchos seres humanos capaces de mezquindades y traiciones tan humanas como deplorables.

 Chabert le dice a su esposa - a la que, sin embargo, ama-, en una escena clave de la novela: "Doy gracias al azar que nos ha separado". 

August Strindberg escribió una vez que tras leer por diez años la obra de Balzac, salía convertido en otro hombre. No hay duda de ello. Balzac es una forma de vida.

"En estos momentos, corazón, fibras, nervios, fisonomía, alma y cuerpo, todo,hasta los poros, se estremecen. La vida parece no ser ya nuestra; se sale de nuestro ser, se comunica como un contagio y se transmite con la mirada, con el acento de la voz, con el gesto, imponiendo nuestra voluntad á los demás. El veterano se estremeció al oír aquella primera palabra, aquel primero, aquel terrible: «¡Señor!» Pero es que también dicha palabra encerraba un reproche, un ruego, un perdón, una esperanza, una desesperación, una interrogación, una respuesta."

Honoré de Balzac, El coronel Chabert, ed. Valdemar, Madrid, 1996. (Traducción de Mauro Fernández Alonso).

 

 

 

 

 

6 comentarios

isabel barcelo -

Grabriela querida, pasé a desearte feliz año, te echo mucho de menos y espero que todo vaya bien. Un abrazo muy fuerte.

Fernando Giucich -

Abuela querida, paso a dejarte un abrazo y desearte un montón de felicidades.

Ana -

Muy interesante reseña!

fgiucich -

Una hermosa crònica. Abrazos.

Paco -

Gabriela, ¿qué hay? Justo ahora estoy con una novela de Balzac, La piel de zapa. Y en verano leí La obra maestra desconocida, otra nouvelle, magnífica además.
Un abrazo.