Antes que nada, debo decir que si alguien odia a Quignard, ése es el diseñador de la portada de este libro. No he visto portada más fea. Tengo el libro en Gallimard y qué diferencia. Por otro lado, la contraportada informa falazmente que ésta es la primera obra de una trilogía, cuando se trata de una pentalogía que lleva el nombre de Dernier Royaume (El último reino) y que está constituida por los siguientes títulos:Les ombres errantes I (Premio Goncourt en 2002), Sur le jadis II, 2002, Abîmes, III, 2002, Les paradisiaques IV, 2005, Sordidissimes V, 2005. Todas publicadas inicialmente por Grasset & Fasquelle, y en segunda instancia, en edición de bolsillo, por Gallimard (en su colección Folio). En España, la horrible edición de la editorial Elipsis vale 18 euros. Las de Gallimard, 7,80.
Una vez sentado que quien escribió la contraportada del libro NO CONOCE la obra de Quignard y que el diseñador de la portada tiene un gusto deplorable, paso a hablar de la obra.
Traducido, qué autor no pierde magia.
Ese francés elegante, ese francés musical, que se eleva como columna de notas, que te hipnotiza y te lleva al no lugar. al vacío de la palabra, a su otro lado, vertido al castellano se endurece y a ratos se pierde. Pero no en todos los fragmentos. Hay lugares aquí en los que reencuentro a mi Quignard.
Una vez, Tomás Segovia me dijo que todo lo importante en la vida es ritmo y música. Qué cierto es. Y muchas veces he pensado que Quignard escribe para mí, que me escribe a mí, que escribe lo que yo escribiría si yo escribiera porque su ritmo es el mío, un ritmo obsesivo, espiral, incisivo, que se adentra en mi interior o que da voz a mi interior; que me mece al mismo tiempo que despierta en mí algo que está ahí, latiendo tímidamente pero dormido, exhausto, escondido, no sé si por insensibilidad o para sobrevivir entre la mediocridad del mundo, o por temor a la herida irreparable o qué sé yo.
El último reino bucea, busca, hunde sus raíces en la sombra, el abismo, el paraíso, lo perdido y lo sórdido.
Quignard piensa, fabula sobre el pasado, reflexiona y filosofa. Todo su discurso calla, con ser tan abundante y tan elocuente. Al escribir, calla: lo ha dicho muchas veces. Y al leerlo, yo callo con él, callo en conjunción, en colaboración con otro. La soledad de la lectura se vuelve compañía. Aunque no estemos muertos, es como si lo estuviéramos. Muertos pensando en la vida. Viéndola desde lejos. Él escribe y yo leo y juntos reformulamos la vida; la palabra y el silencio de la palabra escrita palpitan y suenan.
- XXXI
La pierre est un boue durcie. La grotte est de la boue durcie. Je ne cherche ni la pierre ni la dureté.
Cheval blanc n'est pas cheval. Je cherche la boue.
Qu'on comprenne ceci: Mon ermitage n'est pas solide. On ne peut rien bâtirsur ce que j'ecris.
La main qui écrit est comme la main qu'affole la tempête. Il faut jeter la cargaison à la mer quan la barque coule.
La piedra es un lodo endurecido. La gruta es lodo endurecido. No persigo la piedra ni la dureza.
Caballo blanco no es caballo. Yo persigo el lodo.
Entiéndase esto: mi ermita no es sólida. No se puede construir nada sobre lo que escribo.
La mano que escribe es como la mano que la tempesta enloquece. Hay que arrojar la carga al mar cuando el barco se hunde.
-XXXVII
L' appel que lance le cri, une fois qu'il est devenu chant, n'est plus adressé a personne.
Les arts n'ont pas pour destin, comme fait l'Histoire, d'organiser l'oubli. Ni de donner du sens à l'Autre du sens. Ni de souiller et d'engloutir l'Austrefois de la terre. Ni d'anéantir sur place l'Ailleurs du temps. Ni de proscrire les langages en amont de toutes les langues naturelles. Ni d'emmurer l'Ouvert. Il faut être nazi pour penser que l'art est un mensonge qui décore. Il faut être communiste pour estimer que l'art divertit. Il faut être bourgeois libéral pour penser qu'il égai. Il n'ya que dans les régimes totalitaires que l'art conçu comme une esthétisation de l'assujettissement, une mise en légende du passé, un truquage à tout instant de l'heure qui vient et passe. L'artiste ne peut pas prendre sa part dans le fonctionnement de la communauté humaine dans l'instant où il s'efforce de s'en desprendre. Il n'a même pas à recevoir de gages en contrapartie de son oevre. Il est plus proche du deuil que du gage. Moins oublieux que la mémoire volontaire. Moins intéressé que la monnaie dans l'échange. L'art n'a pas pour function de dénier l'Autre du social.
L'individu est comme la vague qui se soulève à la surface de l'eau. Elle ne peut s'en séparer tout à fait. Et elle retombe très vite dans la masse solidaire qui l'engloutit. Elle retombe toujours dans le mouvemement irrésistible de la marée qui la porte. Mais pourquoi ne pas se soulever encore et encore et encore?
El grito que pide socorro, una vez convertido en canto, ya no se dirige a nadie.
Las artes no tienen por destino, como hace la Historia, organizar el olvido. Ni dar un sentido a lo Otro del sentido. Ni manchar y engullir el tiempo pasado de la tierra. Ni aniquilar in situ la otra parte del tiempo. Ni proscribir los lenguajes anteriores a todas las lenguas naturales. Ni emparedar lo Abierto. Hay que ser nazi para pensar que el arte es una mentira decorativa. Hay que ser comunista para pensar que el arte divierte. Hay que ser burgués liberal para pensar que alegra. Sólo en los regímenes totalitarios el arte es concebido como una estetización del sometimiento, una mitificación del pasado, una falsificación constante de la hora que llega y pasa. El artista no puede tomar parte en el funcionamiento de la comunidad humana desde el momento en que se esfuerza por desprenderse de ella. Ni siquiera tiene derecho a recibir un sueldo como contrapartida de su obra. Está más cerca del duelo que del sueldo. Menos olvidadizo que la memoria voluntaria. Menos interesado que el dinero en el intercambio. El arte no tiene como función negar lo Otro en lo social.
El individuo es como la ola que se levanta en la superficie del agua. No puede separarse de ella completamente. Y vuelve a caer rápidamente en la masa solidaria, que se la traga. Vuelve a caer una y otra vez continuamente con el movimiento irresistible de la marea que la arrastra. Per ¿por que no levantarse una vez, y otra vez, y otra vez?
-XL
Il n'y avait plus de gaieté à ma table. Chacun était perdu dans sa réminiscence personelle.
Les plus jeunes en étaient encore à decouvrir ce pauvre marécage interne, intime, qui pue et où finalement on se noie,
Je sortis.
Sur le gravier, je me retournarai brusquement pour regarder la maison comme si je la découvrais.
Je regardai la maison, le jardin, l'étang, les buis.
Puis je regardai en contrebas la fôret verte que la brume qui montait de la rivière envahissait peu à peu.
Je m'en allai.
Lancelot erra,
No había alegría en mi mesa. Cada cual estaba absorto en sus recuersos personales.
Los más jóvenes estaban todavía descubriendo esa pobre ciénaga interior, íntima, que apesta y en la que finalmente uno se ahoga.
Salí fuera.
Desde el paseo me volví bruscamente a mirar la casa como si acabara de descubrirla.
Miré la casa, el jardín, el estanque, los setos.
Luego miré más abajjoel verde bosque que la bruma que subía del río iba invadiendo poco a poco.
Me fui de allí.
Lancelot andaba errante.
-LI
D'où venait cette manie rétrospective au fond de moi qui ne se souciait plus de moi - ni même de l'empreinte reçue d'une langue et d'une civilisation- mais s'était ouverte à jamais au plus lointain?
Comme déverrouillée au plus lointain? Offerte à la perception pure? Abandonnée à cette attention qui oublie le sens de ce qu'elle voit et perd le temps en même temps que le langage?
D'où venait ce goût pour l'odeur du passé et pour la luisance du jadis qui, elles, loin de me lasser jamais, me passionnaient partout dans ce monde?
¿De dónde procedía esa manía restrospectiva en mi interior que no se preocupaba lo más mínimos por mí -ni siquiera por la huella recibida de una lengua y de una civilización- pero que estaba abierta constantemente a lo más remoto?
¿Como si estuviera descerrajada en lo más remoto? ¿Expuesta a la percepción pura? ¿Entregada a esa atención que olvida el sentido de lo que ve y pierde el tiempo al mismo tiempo que el lenguaje?
¿De dónde procedía esa afición por el aroma del pasado y por el brillo de otro tiempo que, lejos de cansarme nunca, me apasionaban en cualquier parte de este mundo?
Pascal Quignard, Las sombras errantes, Elipsis ediciones, Barcelona, 2007. (traducción de Manuel Arranz).
Pascal Quignard, Les ombres errantes, Gallimard (Folio), París, 2004 (1º ed. Grasset & Fasquelle, 2002. Premio Goncourt).
2 comentarios
Gabriela -
Besos.
isabelbarcelo -