Blogia
arteyliteratura

El cine, en octubre

A pesar de que el cine es una de mis pasiones inconfesables, por perversa, por pertinaz, por lasciva, no he ido al cine en varios meses. En primer lugar, en verano tuve un brote de agorafobia (he tenido varias fobias, pero ésta la estrené este verano, qué le vamos a hacer), que me impidió salir fuera de Sant Cugat, territorio, al parecer (y quién lo diría) seguro.
En septiembre, ya curada de la mini-fobia veraniega, he tenido mucho trabajo, con la preparación del curso y después con su inicio. Siempre hay cosas que hacer y no tuve tiempo ni tal vez suficiente motivación para ir a ver Alatriste o Salvador.
Así que octubre va a ser el mes del cine. Lo será, porque espero con ansia el estreno de tres películas de autor mexicano, el día 13, el de El Laberinto del Fauno, de mi bien amado compatriota Guillermo del Toro (1964). El hombre que, recreando el mito de Drácula en Cronos, lo convirtió en vampiro metafísico, ocupado en salvar de sí mismo a quien él más ama: su nieta, sacrificándose por ella. La actuación de Federico Luppi, otro de mis ídolos, encarnando a Juan Gris, es una de las mejores de la historia del cine en español. Gris lucha contra ese tandem letal de los Ángeles de la Guardia (maravillosos Claudio Brook y Ron Perlman) en una escena (la de la lucha en la fábrica de los De la Guardia), que no le pide nada (y perdón si suena blasfemo), a aquella mítica del Nexus recitando aquello de ‘ Yo he visto cosas que vosotros no creeríais”, etc.
Después, del Toro ha hecho otras cosas que también me han gustado, aunque menos:
Mimic (1997), una concesión a Hollywood, parcialmente fallida pero con valores interesantes, siempre rallando alto en el nivel visual y literario, Hellboy, que me parece una rara obra de poesía visual y un alegato un poco ingenuo, pero siempre culto de raíz humanista que se deja ver con sumo placer de principio a fin, o El espinazo del diablo, un intento de hacer un cine español a lo Agustí Villaronga (Tras el cristal) , pero más comercial, que tampoco cuajó del todo.
Resumiendo, espero que El laberinto del Fauno me devuelva a ese Guillermo del Toro de Cronos, potente poeta de la imagen, sin concesiones comerciales, con buen pulso en la dirección y con un sentido del humor negro muy mexicano. Del Toro es un gran dibujante y un espléndido escritor, así que me preparo para este estreno con entusiasmo.

Alfonso Cuarón (1961) estrena también su película en octubre. Presentada en el Festival de San Sebastián, parece que promete. Yo conocí a Cuarón con su segunda película, una adaptación preciosista y muy sensible de una novela victoriana, La princesita (1995), que había sido una de mis historias favoritas de chica. La primera versión había servido como vehículo de lucimiento de Shirley Temple, aquella niñita de rizos imposibles que fue estrella en los años 40-50 y que bailaba como dios. Pero la historia, como todas las novelas victorianas, tenía un lado oscuro. Y Cuarón lo reflejó. La historia de una niña rica que se convierte en pobre y sufre por ello todo tipo de humillaciones y desprecios le quedó de rechupete, pero que no trascendió demasiado. Después, adaptó al cine otra de las novelas inglesas que ya habían sido llevadas muchas veces a la pantalla: Grandes Esperanzas (1998), de Dickens, esta vez, trasladándola al mundo actual. La carrera de Cuarón comenzó a despegar en Hollywood. Y tu mamá también ( 2001 ), no sólo tuvo repercusión internacional, sino que lanzó a la fama a dos actores mexicanos, hoy internacionales: Gael García Bernal y Diego Luna, y cuenta con una raa actuación, sensible y coherente, de esa hermosa mujer y pésima actriz que es Maribel Verdú, que aquí está (casi) tan bien como en La buena estrella (sin que eso pueda servir de precedente).
Pero no cabe duda de que fue su magnífica y oscura versión de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (2004) la que le dio la autoridad para emprender esta película que ahora tendremos oportunidad de ver y juzgar: Hijos de los Hombres, con Clive Owen, ese actor con cara de palo que tan bien encarnó al personaje central de la última historia de la grandiosa peli de Robert Rodríguez, Sin City.
La película de Cuarón promete reflexión y belleza oscura. (Ya no aspiramos a la clara belleza renacentista, ya no somos capaces de crearla).
Hijos de los hombres plantea una realidad de 2027: los hombres ya no pueden procrear. La película comienza con una muerte: la del ser humano más joven: un chico de 18 años. Owen se verá implicado en la protección de la única joven embarazada que existe en el mundo. Ella lleva en su vientre la esperanza de la vida. Cuarón advierte: no se trata de una cinta de ciencia ficción, sino de una reflexión sobre el mundo actual llevado a sus límites. No me la pienso perder.

La tercera de mi lista es la última película de Alejandro González Iñárritu (1963), Babel, largamente ovacionada en Cannes y según se dice, injustamente privada de la Palma de Oro.
Cómo no sentirme cerca de su propuesta. Tan cerca como me sentí de sus Amores Perros (2000), a pesar de la nefasta actuación de la canaria Goya Toledo, y de 21 gramos (2003), una de las mejores películas de la última década.
González Iñárritu, junto con su guionista Guillermo Arriaga, entrecuza cuatro historias con la habilidad y la inteligencia de un Robert Altman, pero con un discurso más humanista que ácido. Y con una solvencia técnica y estructural que sólo él posee en estos momentos. Cuatro historias, cuatro lenguas, una sola película que marca un paso adelante en la trayectoria de este excelente cineasta.


8 comentarios

Gabriela -

Fernando, a ver si llegan por allá y comentamos.

Pies diminutos, haré lo posible por verla.
Un abrazo a los dos.

pies diminutos -

También tengo yo muchísimas ganas de ver "El laberinto del fauno", vi el trailer y me dejó impactada... ahora, tienes que ver Salvador, en serio, yo aún estoy conmocionada.

Shangri-La -

Hoy, 2 de octubre de 2006, zarpó de puerto desconocido una embarcación sin bandera que la identifique: SHANGRI-LA. DERIVAS Y FICCIONES APARTE.

fgiucich -

Muy buenas recomendaciones. Como para tenerlas en cuenta. Abrazos.

Gabriela -

Señores, ya veremos y a los datos nos remitiremos.
Un abrazo a los dos.

Ramon Balcells -

Pues yo, en cambio, Portnoy, opino distinto. Creo que la de Cuarón puede ser, incluso, la más interesante de las tres. Y sí, quizás sea un tanto repetitivo y cansino el tándem Iñárritu-Arriaga, pero no cabe duda de que cada vez que lo hacen, nos dejan impresionados. Bueno, se ve que Alejandro ha pretendido crear una triología (formada por las tres únicas obras que ha realizado) sobre varios aspectos y sentimientos que se reflejan perfecta y peculiarmente en cada una de ellas. En fín, sólo decir que si he de elegir, ahora que sí estoy preparado, me quedo o con la del Fauno o la de Cuarón.
Saludos.

Portnoy -

Tal vez la de Cuarón me parece la menos atractiva. Iñarritu-Arriaga creo que repiten (innecesariamente) la ruptura temporal narrativa, pero aún así será interesante verla.
Definitivamente Del Toro, sí.

Ramon Balcells -

Realmente, estos tres directores son prodigios. No sé si podré aguantar más al estreno de las tres, que a cual me apetece más. La de Del Toro la dejan muy, muy bien (en Fotogramas 5/5, y en Imágenes 4,4). La de Cuarón también promete, y mucho. Ya hablé sobre varios aspectos suyos en mi blog. Además de Owen, aparecen los magníficos Michael Caine y Julianne Moore. Y por último, la de Iñárritu, del cual sólo he visto la grandiosa 21 gramos, parece que será un éxito, aparte de una gran película. Y es que cuando Brad Pitt actúa bien, lo hace de narices (Seven, El club de la lucha).
De verdad, no sé con cual me quedo. Las tres tienen una pinta más que excelente. Y es que nadie le quitará talento a estos tres cineastas mexicanos, su originalidad e immaginación son increíbles.
Saludos cinéfilos!!