¿Cuál es el sentido de la enseñanza?
Rejas. Cámaras. Máquinas lectoras de tarjetas. Miedo a la libertad.
Las escuelas se convierten en búnkers. Los profesores en policías y guardianes.
No importa, a nadie parece importar si el estudiante estudia o aprende. Lo que importa es dónde está en este momento ¿Está controlado? Todo va bien, entonces.
¿Quién se pregunta por el conocimiento? Acabarán surgiendo sectas secretas de iniciados. Ahora la pregunta es ¿Cuál será la sanción si…? O ¿Cuándo prescribe la falta?
La calidad de la enseñanza es un concepto al que se ha extraído todo el significado. Entre los países de la UE, España ocupa el furgón de cola ¿Por qué? Yo lo sé. Porque no se piensa en lo importante. Se piensa, sobre todo, en lo accesorio, en lo que no tiene nada que ver con la Enseñanza. Se piensa en horarios, se piensa en cómo seguir dando las mismas clases 30 años después, con los mismos medios, los mismos recursos: es más cómodo. Se piensa en las listas de asistencia, se piensa en los castigos, se piensa en cómo vigilar mejor. Se gasta el (poco) dinero en “seguridad”.
Se habla del bien de la comunidad. De hecho, el único bien sólo puede extraerse pensando y actuando como individuo. Sólo el individuo estudiante puede, pese a todo, decidir que estudia, que aprende, que saca provecho de su estancia vigilada en el nuevo penal, en el penal moderno en que se ha convertido la escuela.
Y sólo el profesor como individuo, decide, pese a todo, dedicar todas las horas posibles a enseñar y a aprender para enseñar mejor. Sólo el individuo decide que dedicará tiempo a eso que, dentro de la comunidad “educativa” (en realidad, “comunidad represiva”), no interesa: conocer, transmitir conocimiento, amor al estudio, curiosidad por el mundo y por los hechos, creaciones y conceptos del hombre.
7 comentarios
fgiucich -
Gabriela -
Por lo que toca al tema del post, incido solamente sobre uno de los factores: el que tiene que ver con la responsabilidad de la propia escuela en el fracaso de un 'ideal' que debería ser el de enseñar, no el de reprimir.
Yo creo que la reforma no debió unir los estudios de ESO con los de Bachillerato. Creo que todas estas medidas represivas (de puertas, candados, cámaras, cerrojos), se pueden 'comprender' si pensamos que debemos velar por la seguridad de niños. Sin embargo, creo que es absurdo someter a los estudiantes de bachillerato a los mismos controles, puesto que son personas que, al menos teóricamente, en dos años estarán en la Universidad. Después la sociedad se pregunta por qué los adultos siguen viviendo con sus papás hasta los 30. Aparte del tema económico, es que se los trata como niños, cuando ya no lo son. No hay una educación para la autoresponsabilidad y para la libertad.
No estoy en contra de las listas de asistencia, pero me parece patético que los temas de seguridad, puntualidad y sanciones, más los temas de vigilancia, sean los únicos que se planteen en las reuniones docentes. Muy poca gente se preocupa por los temas de la calidad de la enseñanza o de la renovación de los métodos y casi siempre a nivel individual. La estructura de la enseñanza es una estructura burocrática, pero en España, considerar a un profesor como a un funcionario lleva a considerarlo como a cualquier otro burócrata. No creo que lo sea. Al menos, yo no me siento una oficinista que trabaja en la enseñanza. Mis horas de trabajo y preparación se prolongan en casa y mis intereses en el trabajo no se miden con maquinitas.
Por el lado de los estudiantes, estar encerrados a cal y canto de las 8 de la mañana hasta las 5 y media de la tarde (en la ESO) y de las 8 a las 2 y media, en Bachillerato, sin posibilidad de saltar la reja (nos falta que la electrifiquen, pero ya llegará), no creo que sea la mejor motivación. Nos sentimos presos.
Yo no sé si soy una excepción, pero yo no tengo quejas de mis estudiantes. Los tengo de la administración y de las direcciones de los centros. Con los padres no me meto porque normamente no los conozco. Yo soy una persona que enseña conceptos a sus hijos de la mejor manera que sabe, y no entro en sus vidas familiares: ni me interesan, ni es mi campo. Fuera, en la vida social, sí veo que muchos padres no ejercen. En el aula, a mí solamente me basta con establecer mis propias normas de convivencia y de respeto mutuo, y en ello no he encontrado nunca ningún obstáculo.
probablemente, lo que yo planteo extraña. Siempre se culpa a los estudiantes y a sus padres. Nuna a la estructura escolr o a las personas encargadas de organizar los centros, o a los profesores que no saben serlo. Tal vez ahí está mi problema. Que lo que pienso, lo pienso yo solita. Que la experiencia que reflejo es una experiencia puramente personal. Un fuerte abrazo.
Ferre -
También es cierto que la enseñanza pública está endémicamente dotada de presupuestos claramente insuficientes, mientras que seguimos subvencionando parte de la enseñanza privada (hay colegios privados con piscina, mientras otros privados hacen verdaderas filigranas contables para adquirir un lote de libros para su biblioteca, un microscopio para su laboratorio o un ordenador para su oficina administrativa).
En todo caso, no me negarás que la educación que puedan impartir los padres incide directamente en la convivencia en las aulas, lo que no quita para siga habiendo profesores negados para la enseñanza. Esa convivencia, cuanto mejor sea, más respetuosa, por parte de alumnos, padres y profesores, redunda en una mayor calidad de la enseñanza (esto es, en que los alumnos aprenderán más y mejor). Por supuesto, todo esto dicho de forma general. A eso me refería yo, y creo que también Kalatur, a que muchas veces (según me cuentan amigos y conocidos que son profesores en colegios y academias) los padres obligan, con su desidia y/o incapacidad, a que los profesores se conviertan en una especie de pseudopadres.
Resumiendo, la solución no es ni sencilla ni directa,. De la misma forma que la responsabilidad de que las cosas vayan a mejor es de todos: padres, alumnos, profesores, directivos, gobiernos.
Saludos,
Ferre
PD: ¡Qué alegría me has dado! ¡Has cambiado la pregunta anti-spam para los comentarios! Menos mal, ya pensaba yo que, hablando de enseñanza como estamos haciendo, no nos ibas a pasar de "curso". Bueno, mas bien nos has cambiado de asignatura: de Ciencias Naturales pasamos a Matemáticas. ;-)
Gabriela -
Kalatur y Ferre: yo no comparto esa idea. Para mí lo mejor del Instituto son los estudiantes, quizá porque he tenido suerte y me siento muy cerca de ellos y a muy a gusto. No va por ahí mi texto.
Ferre -
Saludos,
Ferre
kalateur -
Indianguman -
sabes, a pesar de lo negro del panorama que pintas, y el que coincido que es así, al menos mi experiencia en Chile fue igual de carcelaria, me vuelve el alma al cuerpo al escuchar a una profesora hablar como lo haces. Creo que el poder de un profesor, que como persona logra tocar vitalmente al alumno y transmitir amor por aprender, pasión, motivación, deja para siempre una huella en el espíritu. y eso es tan importante cuando los cambios globales parecen lejanos a nuestras posibilidades. La ensenianza ocurre cada día, ojalá se le diera el espacio de libertad que necesita.
un beso