Capturing the Friedmans de Andrew Jarecki
El documental nos habla de eso que todos sabemos y callamos:
a) Que todos somos un enigma para los otros, incluidos nuestros más íntimos y cercanos. Que tenemos una vida externa que no refleja los conflictos, los problemas o los pecados que cometemos.
b) Que no hay nada más temible que la justicia cuando es ciega y parcial y es totalitaria y corrompe todo lo que pretende limpiar y
c) Que es posible documentar y grabar lo más íntimo y dar con ello testimonio de lo que ocurre desde dentro, para no tener que recordarlo, como dice Danny Friedman.
Los Friedman son una familia externamente normal, como puede ser cualquier familia americana de clase media-alta. De origen judío, el padre ha estudiado en Columbia University y la madre, como tantas otras, se ha dedicado a su familia y a sus tres hijos. La vida sexual de la pareja, según cuenta ella, es pobre y aburrida, pero la armonía parece presidir la relación. Los hijos van creciendo, documentados por la cámara de super 8 que el padre utiliza y a la que sus hijos también se aficionan. De modo que Jarecki encuentra una cantidad de material que da testimonio de esa armonía que fluye solamente hacia afuera, pero que pronto veremos que es sólo una fachada.Es curioso ver los cuatro estratos de filmación: las grabaciones antiguas (de los años 50), hechas por el padre de Arnold Friedman sobre él y su fallecida hermana, y el hermano con el que que Arnold luego confesará también haber mantenido relaciones incestuosas (y el hermano no lo recuerda: es fascinante). Las grabaciones que Arnold Friedman hace a su familia desde los años 70: la perfecta familia americana, las fiestas, los disfraces, las vacaciones. Él, su mujer, su tres hijos varones. La seguridad económica, el coche con las placas exclusivas COMPUTER...esa apariencia que se demoronará ante nosotros. Las grabaciones, ya en los 80, que hace Danny Friedman, el hijo de Arnold y el primogénito, cuando ya el padre está acusado, para documentar esa nueva familia que se irrita, se odia, discute crudamente, se divide ante nuestros ojos: se deshace... y la filmación del propio director del documental, Jarecki, entrevistando, repasando la historia, haciéndonos ver las innumerables contradicciones.
Arnold Friedman, respetado informático, profesor y padre de familia, compra en el extranjero una revista con contenido pedófilo. Pillado, la policía le tiende una trampa y él cae. Un policía disfrazado de cartero le hace entrega de una segunda revista, y esto sirve para que se presenten a detenerlo y a registrar la casa: ese hogar aparentemente modélico. Es como abrir la caja de Pandora, comienzan a fluir todos los horrores. No sólo es inculpado Arnold Friedman, el padre, por el delito de comprar pornografía infantil, sino que se descubre que tanto él como su hijo mediano han cometido abusos y violaciones a un gran número de niños, tanto en las vacaciones familiares en un pueblito con lago y barquitas, idílico, como en su propia casa, a alumnos que acudían a la academia de informática que Arnold Friedman tenía en el sótano de su propio hogar.
Al principio parece que la evidencia es irrefutable, pero a medida que avanza el documental se nos comienzan a plantear ciertas dudas, no sobre el delito en sí, sino sobre su alcance real. Arnold era un pedófilo. Eso parece probado, pero ¿hubo realmente violaciones masivas? Parece que no, que la policía de algún modo ‘infló’y manipuló a los testigos y presuntas víctimas y orilló sistemáticamente a todos y cada uno de los alumnos de Arnold Friedman para que declararan abusos sexuales. De modo que la histeria fue tomando cuerpo, exactamente igual que en la obra de Arthur Miller, Las brujas de Salem: por contagio. Y lo que comenzó siendo un delito menor por leer pornografía infantil, terminó siendo una condena con cientos y cientos de cargos por violación y abuso sexual a menores. De Dr. Jekyll a Mr. Hyde. De padre, marido y miembro ejemplar de una comunidad respetable a monstruo y violador de menores. Finalmente, Friedman acabará suicidándose en la cárcel.
Más todavía, a Arnold Friedman se le hizo creer que si aceptaba los cargos y se declaraba culpable beneficiaría a su hijo en su juicio paralelo. Esto no fue así, de modo que el hijo también fue acusado, tras la declaración de su padre, con cientos de cargos del mismo jaez, por lo que al final terminó declarando que había sido violado por su propio padre y se había visto envuelto en las violaciones coaccionado por él. A pesar de ello, la juez le condenó a la pena máxima para un joven de 19 años: 18 años de cárcel.
De modo que además del destrozo familiar que vemos literalmente grabado por la cámara que el hijo mayor, Danny, utilizó para filmar las discusiones, los odios y los reproches que surgen después del juicio, vemos también en este documental la acción destructiva de la ley que, para probar sus tesis, corrompe a los personajes de este drama hasta hacerlos perder la noción de verdad y mentira, de tal modo que no creo que ellos supieran, al final de todo, si eran culpables o no lo eran, si había habido o no violaciones, si Arnold había violado realmente a su hijo o si éste había sido cómplice del padre. Para no hablar de los testigos y presuntas víctimas, a las cuales se intenta por todos los medios convencer de que esto ha sucedido, incluso a través de sesiones de hipnosis (cuando no recordaban ningún abuso). De todos es sabido que a través de tales sesiones se pueden ‘implantar’ en los individuos recuerdos ‘falsos’.
Capturing The Friedmans de Andrew Jarecki, Producción, Andrew Jarecki y Marc Smerling, Montaje de Richard Hankin, Fotografía de Adolfo Loring, Música de Andrea Morricone, HBO, 2003, 108\\'. Nominada a los Óscar 2004 como Mejor Documental, Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance 2003.
10 comentarios
ociochapin -
Gabriela -
Magda -
¡Gracias!
Magda -
Gracias de antemano.
Gabriela -
j. -
Su entrada me hizo recordar Tarnation así que no sólo se la recomendé, sino que fui a una tienda y compré el DVD.
Uno piensa que Capturing the Friedmans lleva al límite eso de explotar los videos familiares para narrar una historia, Tarnation nos demuestra que ese límite no existe. :)
Gabriela -
j. -
Dada la mención a Capturing de Friedmans no está de más recomendar Tarnation.
Gabriela -
Un beso, y gracias por tus ánimos.
Magda -
Te agradezco mucho abras esta sección, no te podré comentar mucho porque soy bastante mala en este conocimiento, pero justamente por eso me encantará, aprenderé. ¡Gracias!
Besos.