Feliz Navidad a tod@s!!!

Que los valores que nos permiten ser felices sigan siendo espirituales y morales y no económico-sociales: ésos son mis deseos para estas fiestas.
Que los valores que nos permiten ser felices sigan siendo espirituales y morales y no económico-sociales: ésos son mis deseos para estas fiestas.
Anoche soñé que estaba atrapada en la fuente de Diana Cazadora (que está en la ciudad de México, mi ciudad). No llegó a ser un sueño angustioso pero sí fue kafkiano.
Se aceptan interpretaciones.
:-)
De ningún modo quise que supieras quién soy. Destruir la identidad ha sido siempre propio de mi sexo y entenderlo como sacrificio amoroso, propio del tuyo. Para escapar del lugar común, preferí no ser. A ese no ser que fui creíste amar.
Estoy en un momento de la vida en la que sólo puedo hacer lo que quiero: no lo que debo.
(Para Bardamu)
Ando paseando la mirada distraída por las fotos de un blog. Pronto me paro a contemplar, con escalofríos, dos que están juntas: las de Thomas Bernhard y Paul Celan.
Y qué miedo me da, a ratos, esto del Plan...
Tanto como buscar a los que aparecen en las fotos que conserva Julien Davenne en La habitación verde:temo encontrar mi propia fotografía.
No puedo reclamarte las palabras que te robé, ni pedirte que me digas aquellas cosas que dejé que olvidaras.
En mi interior espero que recuperes aquello que te quité, que lo robes de nuevo, si es que te sientes con fuerzas para ello. Que entres en el lugar del que te expulsé otra vez, con la misma fuerza, con la misma discreta violencia.
No tengo miedo de tu espectro.
Se acerca la Navidad y el peligro de que él vuelva a regalarme un perfume. Como es natural, ayer hizo prospecciones de terreno. Un poco a salto de mata, me defendí como pude, haciendo un breve (y sin embargo) exhaustivo recuento: Un Agua de Rosas, de Adolfo Domínguez, para los días luminosos y cálidos, Un Chic de Carolina Herrera para los días alegres y confiados, otro de Carolina (el CH, para cuando florecen las orquídeas en la ventana del sur), un Número 5 de Chanel, para cuando quiero parecerme siquiera sea lejanamente, a mi mamá y quiero oler como ella olía, Un Panthère de Cartier, indispensable cuando mis excesos pasionales se me imponen. Un Eau d'Orange Verte de Hèrmes que me da unos ánimos algo oscuros y batalladores cuando la noche se presenta tormentosa (es una colonia masculina).
Es obvio que a él le gustaría regalarme un Anaïs, Anaïs, pero sencillamente, no va con mi carácter.
Creyó que se iba a comer el mundo y el mundo se lo comió a él; aun armado con su arrogancia, llegó un día en que comprendió que todo él era nada.
--Este dolor me está matando, dijo, pero más me mata saber que a nadie le importa que este dolor me esté matando.
Pequeño relicario, cuya suave pureza se eleva y eleva. Entre la belleza y la delicadeza se escucha la música de Albinoni y aparece, de pronto, tras el hombre que toca el cello y con un dedo sobre los labios, la Melancolía.