La duquesa de Langeais de Honoré de Balzac, novela y película
Hace unos meses estaba interesada por seguir la trayectoria fílmica de Guillaume Depardieu, hijo del celebérrimo Gerard, que siempre me pareció un actor de gran fuerza (lo había visto interpretando los papeles juveniles correspondientes a su padre en la madurez en Los miserables y en Todas las mañanas del mundo), y también en El farmacéutico de guardia, un thriller francés no demasiado brillante en su desenlace, pero interesante en su planteamiento, con Vincent Pérez, actor que valoro. Como también me gusta mucho Jeanne Balibar, actriz secundaria, hija del también célebre filósofo francés, me compré, via internet, el film Ne touchez pas la hache, dirigido por Jacques Rivette y basado en la nouvelle de Balzac La duquesa de Langeais,film que acaba de salir en el mercado del devedé español (supongo que debido a la reciente y prematura muerte de Guillaume a los 37 años: ya sabemos que el morbo vende).
La película me llevó, como tantas otras veces, al texto, que leí on-line, pero que está traducido al español. Se trata de una novela corta (nouvelle), en la que el genial escritor francés nos cuenta, con un realismo mezclado con romanticismo, la historia de un desencuentro. Cuántas veces ocurre que, en la vida, aquello que nos puede pasar no nos pasa en un momento dado, y ya para siempre perdemos la oportunidad de vivir algo que habría cambiado nuestro destino. Esto les ocurre a los dos protagonistas de la historia de Balzac. Hay un momento en que podrían amarse, pero no ocurre la correspondencia. Un amor se convierte en odio o en resentimiento por no haber sido correspondido, y entonces quien no ha amado ama de pronto, o se da cuenta de que ha amado siempre pero no ha sabido descubrirlo a tiempo; para entonces, el que amaba ya no ama, o quiere pensar que ya no ama y desea sólo vengarse por el insoportable dolor que le han causado. Más tarde, arrepentido, buscará a la que tanto le ha hecho sufrir y a quien él ha hecho sufrir también, pero ya es tarde. Tarde irremediablemente.
En resumidas cuentas y como de costumbre, esta historia que podría ser trivial o predecible se convierte en una pequeña joya a causa del estilo y de la perspicacia psicológica del más grande realista francés, el señor de Balzac.
La película:
Rivette es un director al que amas u odias, no tiene términos medios. Su filmografía se parece, en ese sentido (y en otros también), a la de Erich Rohmer, que tanta tinta ha hecho gastar a tirios y troyanos.
Va savoir, con Balibar y Sergio Castellito, uno de mis actores, preferidos, Jeanne, la doncella (un film en dos partes sobre Juana de Arco), con la gloriosa Sandrine Bonnaire y La historia de Marie y Julien son las películas que mejor definen su filmografía y que recomiendo.
La visión que da Rivette sobre la obra balzaquiana no convenció a la crítica cinematográfica, que la encontró excesivamente académica, lenta y fría. A mí me gustó por varias razones. Una es que pienso que la distancia y la frialdad del film se corresponden con el distanciamiento realista de la escritura de Balzac ¿De qué otro modo podría contarse una historia romántica en un estilo realista si no es distanciándose, sirviéndola sobre una capa de hielo? Si Rivette hubiese adoptado un tono apasionado, habría traicionado ese realismo desengañado que emplea Balzac en la novela. La novela no es una obra romántica, aunque la historia sí lo sea. De modo que Rivette, como Balzac, decide trazar fríamente el retrato de esa sociedad francesa de principios del XIX aparentemente pudibunda, preocupada con las apariencias, ocupada fundamentalmente en fiestas y reuniones llenas de retórica social en la que se enmarca la historia de un amor posible sólo si se hubiera producido simultáneamente, y no sucesivamente, en los corazones del héroe y de la duquesa.
Desde mi punto de vista, los actores principales (Guillaume Depardieu y Jeanne Balibar), sirven bien a los personajes. Sólo elogios merecen los espléndidos secundarios, entre los que se cuenta al gran Michel Piccoli, siempre acertado. Son también acertadas la escenografía, la luz, la fotografía y la música y la dirección une los hilos, para mí visibles, del espíritu con el que Balzac escribió la novelita.
En suma, recomiendo pasar, como yo he hecho, de la película al texto de Balzac (o viceversa), a todos aquellos interesados en la obra balzaquiana o en el cine francés y, por supuesto, a los fans de Rivette o de Guillaume Depardieu, un actor que merece ser valorado por sí mismo, así sea póstumamente.
Nouvelle on-line: aquí.
Película:
Ne touchez pas la hache (La duquesa de Langeais) Dirección: Jacques Rivette. Interpretación: Jeanne Balibar (Antoinette de Langeais), Guillaume Depardieu (Armand de Montriveau), Michel Piccoli (Vidame de Pamiers), Bulle Ogier (princesa de Blamont-Chauvry), Anne Cantineau (Clara de Sérizy), Mathias Jung (Julien), Julie Judd (Lisette), Marc Barbé (marqués de Ronquerolles), Nicolas Bouchaud (De Trailles), Thomas Durand (De Marsay). Guión: Jacques Rivette, Pascal Bonitzer y Christine Laurent; basado en la novela de Honoré de Balzac. Producción: Martine Marignac, maurice Tinchant, Luigi Musini, Roberto Cicutto y Ermanno Olmi. Música: Pierre Allio. Fotografía: William Lubtchansky. Montaje: Nicole Lubtchansky. Diseño de producción: Manu De Chauvigny. Vestuario: Maïra Ramedhan-Levi (Francia-Italia, 2007). (Ficha técnica tomada de http://www.labutaca.net/films/59/laduquesadelangeais.php
6 comentarios
Gabriela -
Balzac siempre agrada, como sabéis, una de mis lecturas preferidas de chica fue Eugenia Grandet. Algún día volveré sobre ella. Entre tanto, gracias de nuevo y por los comentarios, abrazos.
Diego -
Espero tu correo,
Un saludo, Diego
isabelbarcelo -
ossip -
Fernando Giucich -
Ramon Balcells -
Tendré que ver la de Rivette. Como siempre, me entero de películas interesantes que apenas sabía que existían gracias a ti.
A propósito, te invito a que veas mi primer cortometraje, ya colgado en Youtube. En el último post de mi blog hablo un poco sobre él y aparece el enlace. Estaré a la espera de tu opinión.
Un abrazo!