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Paul Klee, el poeta de la pintura

Paul Klee, el poeta de la pintura

Paul Klee nació en una familia de músicos: su padre era profesor de canto, su madre se dedicaba también a la música y enseguida lo inició en el estudio del violín. Su abuelo paterno había sido organista en Thuringia. La mujer de Klee, Lily, era pianista. En sus pinturas, la música se hace presente, en la abstracción y en la poesía que emanan. Sus cuadros son armónicos. Hay escalas (de colores), sus cuadros hacen música: conmueven.

                     

En su juventud, Klee fue segundo violín de la Orquesta de Berna, pero él no quería dedicarse a eso aunque nunca abandonó su violín: antes de pintar, Klee siempre tocaba durante una hora o dos. Yo creo que los artistas nunca se sienten atraídos sólo por una de las artes: siempre hay confluencias. Una cosa les lleva a otra. Hay misteriosas redes que se tejen alrededor de las obras. Klee ejerció también de crítico musical.

Klee viajó mucho: por Italia, Francia (vivió en París), Munich (donde estudió pintura y también vivió), Weimar, Dessau, Dusseldorf (siempre recuerdo las altas, gráciles torrecillas de las iglesias alemanas, que han decidido conservar su dominio sobre el resto de la ciudad).

Los primeros trabajos de Klee son pesimistas y bastante amargos: sus quince aguafuertes nos lo revelan como un excelente dibujante pero aún no es Klee: o está siendo Klee de una manera que no entendemos como suya, pero que luego lo llevará a ser él.

                        

No hay simplicidad en sus obras posteriores, sino sencillez: pureza, poesía. No creo que los artistas verdaderos, si escuchan su propio interior, puedan mantener un único estilo, a no ser  que lo hagan para vender más. Creo que todos ellos (bueno, no todos, ahora me vienen a la mente Rothko o Pollock, que acabaron suicidándose por no encontrar un camino de salida) , sacan a la luz las transformaciones internas que todos sufrimos a lo largo de nuestras vidas. En el arte de la pintura esa transformación es visible a través de las obras. Así pues, las primeras de Klee son obras sombrías, muy diferentes de sus obras posteriores.

                     

Me siento muy cerca de Klee. Cuando veo su obra, la emoción sube por mi garganta. Entonces recuerdo que mi hijo siente la música de su cello ahí. Es en la garganta donde los sonidos de la emoción se encuentran. No puedo ver una obra de Klee impasible ¿Qué hay en ella? Yo creo que hay verdad y pureza, pero también hay algo atávico, algo perdido en mi memoria. En una memoria colectiva, de sombras, de bosques, de sonidos pre-lingüísticos, de sensaciones con la luz, con los espacios.

                    

Sus ciudades me parecen siempre ciudades sumerias o quizá edénicas. Sus colores son los colores de las fuentes del Nilo. Hay algo en su obra que me parece que está escrito en un lenguaje antiguo, quizá transcrito en caracteres cuneiformes. Todo es tan sutil, y sin embargo, tan profundo. Flores, casas, árboles, jardines de Babilonia. Cuando ví en el Museo de Pergamon (en Berlín), las murallas de Babilonia que ahí se conservan, creí ver los antecedentes de la obra de Klee. Los colores, la salvaje belleza de un mundo que fue nuestro, en el que todavía se encuentran nuestros orígenes..

                       

¿Y cómo pueden esos conjuntos de cuadritos de colores, de arbolitos, de flores o casitas o de alfabetos desconocidos emocionar así, conmover así? Lo ignoro, pero sé que eso que pinta Klee es arte. Y no estoy sola en esa apreciación. Hay cierto consenso sobre ello. Un consenso a-científico, impreciso pero firme en la convicción ¿Qué es arte? ¿Es aquello que nos transmite lo inefable, lo indecible, lo indescriptible? ¿Aquello que nos emociona, sacando de nosostros ese temblor del alma que sólo él sabe sacar? ¿Es esa cosa que nos pasa cuando oímos a Bach, eso que tiembla dentro como una pequeña lucecita vacilante, insegura, escondida, íntima? Ese temblor no se puede compartir más que diciendo palabras, pero es anterior a las palabras. Por eso ahoga en la garganta.  

                       

Las imágenes provienen del libro de Jean-Louis Ferrier, Paul Klee, Lisma Ediciones, 2001, que contiene un precioso estudio de la obra de Klee que recomiendo calurosamente.

La imagen de la muralla de Babilonia la saqué de una postal que compré en el Museo Pergamon, cuya visita también considero imprescindible.

9 comentarios

ezequiel -

de donde puedo ver los nombres de las pobras de klee

jose -

yo soy un patosos estudiante de arquitectura que no entiende lo que sientes...o mas bien que no entiende que ves en los cuadros de Paul Klee para sentirte como te sientes y ojala pudiera...solo ciertas canciones consiguen ponerme los pelos de punta o ciertos echos de mi vida. Asi que el unico comentario que puedo acerte es en forma de pregunta, ¿que ves?¿que sientes?puede que sea estupido que lo pregunte pero mi curiosidad y mis ganas de ver y sentirme como tu hacen que no pueda pasar de largo por este blog. si te interesa transmitirme algo mas mi email es jusep_89@hotmail.com. un saludo

letyricardez -

Hola querida Gabi.
¿Nuevo Blog por lo de espacio nuevo? No, estoy amueblando un departamento para mi gordo y para mí. Vivíamos como Saltimbanquis en Casa Cid de León, ahora volvemos a tener un espacio propio, con un cocina enorme que por el momento utiliza mi mamá que se muda temporalmente con nosotros, cuando ella decida irse, tendré ahí ¡mi estudio! con una mesa enorme para pintar

Besos y te leo arriba Gabi

Gabriela -

Hola, Nico, yo sólo puedo hablar emocionalmente, porque no soy historiadora del arte ni tengo conocimientos técnicos. Pero bienvenido sea el comentario más profundo: si quieres enviarlo, mi correo-e está en la barra lateral. Me gustaría mucho que te animaras. Un cordial saludo.

nico vallejos -

me parece "bonito" el analisis sentimental de la obra de klee. cuando klee nos escribe mapas de simbolos para entender su obra el analisis puede trasladarse a un contexto mucho mas complejo que el de las formas y nos encontramos en una realidad vanguardista que anima muchas obras del periodo, con una fuerte carga social y rupturista e intelectualmente compleja.

Gabriela -

Hola, Lety, me he estado pasando por tu blog y te he leído, aunque no haya dejado comentarios ¿Tienes un nuevo blog? No sabía. Un beso.

letyricardez -

Hola Gabi estuve fuera de foco durante muchos días. Arreglé mi espacio nuevo, medité y escribí bastante. Hoy que salí de ese limbo vengo a leerte y me enriquezco. Me encanta Klee

Gabriela -

Fernando, yo he visto sus obras en el Thyssen y otros museos. Son emocionantes. Gracias por intentar entrar cuando la puerta de Blogia está cerrada. Ahora estoy liada con exámenes, luego te escribo con más tiempo. Un beso muy cariñoso.

fgiucich -

Hace tres años el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, organizó una exposición de las obras de Paul Klee y, aunque sé muy poco de pintura, quedé impresionado por la fuerza que desprenden estas obras. Abrazos.
PD estoy festejando porque puede ingresar a blogia. Vale.