Estos días, la pintura.
Hola a todos mis lectores, silenciosos o elocuentes, fieles e infieles.
Estos días he estado ausente del blog, pero he procurado ir a visitar a los otros blogueros, a Portnoy, emejota, retroklang, Apostillas, a mi amiga Lety; a Fernando, Bardamu, Orfa, Laura, Indianguman, Felipe, Ramon, Diana...
Me ha faltado tiempo para escribir, porque he estado pintando. Para pintar en casa (otra cosa son las clases, ahí se impone la disciplina y pintas porque pintas: no hay otra), necesito atmósfera, silencio y un poco de orden. Como ha venido mi pequeña filóloga de Bolonia...como ha habido cierto jaleo de fiestas con mis otros hijos, Paulina y Arturo y Teresita...como he visto a mi querido güerito... se me ha complicado la cosa del tiempo.
Tenía un encargo y acabo de cumplirlo. Ha sido placentero y peligroso. Complacer a alguien que quieres mucho es arriesgado: puede que no lo consigas. No sé si él se ha sentido contento con los intentos. Gracias a Picasso, tengo mis defensas preparadas: Cuando Gertude Stein le encargó su retrato y Picasso se lo llevó, ella le dijo, disgustada: ¡No me parezco en nada! ¡No me reconozco! Y él le dijo: No te preocupes, Gertrude, ya te parecerás... Gracias a esa frase, mi conciencia queda un poquitín más tranquila. También recuerdo un hermoso retrato de una dama, pintado por ese otro ser maravilloso que es Henri Matisse. La dama del encargo no se lo quiso comprar por la misma razón arguyendo que ella no tenía la cara verde. Y es un cuadro hermosísimo...Pero no piensen que me creo Picasso o Matisse: es sólo una disculpa que me doy a mí misma por mi torpeza.
Ya saben: quien no se consuela es porque no quiere.
He hecho lo que he podido, aunque sé muy bien que en estas cosas el esfuerzo y la buena voluntad no sólo no bastan. Es que no tienen importancia.
El parecido es algo que los pintores artesanos del pasado dominaban: su técnica les permitía todo tipo de expresiones. Cuando estudiaban en los talleres de los maestros, éstos les encargaban pares de ojos: ojos risueños, ojos melancólicos, ojos redondos, ojos rasgados...y así, bocas, manos, posturas, expresiones.
Yo no tengo técnica y lo lamento. No es una cosa que me enorgullezca, pero sé que tengo estilo. Algo es algo y menos da una piedra.
Así que vuelvo por acá otra vez, deseando a todos un Feliz 2006. Y mucha vida.
8 comentarios
Gabriela -
Loriana -
Y hablando de antojos, ¿qué crees que me voy a aventar a hacer? Sí, oh sí, la rosca. Es que, de plano, en el Aquí España, una tienda de abarrotes española la tipa que atendía me dijo con una mala leche que sólo le quedaban tres y congeladas, que, mira, que le aprovechen. Además intentar hacerla puede ser divertido. Ya tengo todo, hasta el agua de azahar. Así que luego te cuento.
Besitos cálidos contra el frío este!! (sí, aquí también nos hacemos cubitos de hielo, ay).
Gabriela -
Muchos besos ¿Está allá como acá, que parece que estemos en Finlandia del frío que hace?
Un tequilita no nos vendría mal...
Loriana -
Muchos besos y, sí, sí, sí a lo que te dijeron en un comentario del blog espejo: la técnica, qué importa la técnica cuando se tiene ese deseo inmenso de plasmar y de crear, cuando se tiene corazón para hacerlo, Gabi. Y lo digo en serio, :-).
Gabriela -
Un abrazo.
Gabriela -
Bardamu -
Para quienes como yo estamos negados a los colores (excepto quizás al gris), las líneas y las acuarelas, percibir el trazo siempre es un asombro.
Saludos y buen año.
Loriana -
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