Tomasa Cuevas, Presas . Mujeres en las cárceles franquistas
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" Julia, la católica:
(...) Me llevaron al Gobierno (de Guadalajara) y allí estuve durante dos o tres días sin que nadie me dijera nada. Me pusieron la denuncia con una tal Juliana que ni hablaba con ella, ni muchísimo menos, y nos metieron a las dos juntas y como yo tenía que dar el pecho a mi hijo, me lo traían y lo subían y lo bajaban. No recuerdo si fue a los quince días cuando nos llevaron al Amparo (DGS), donde permanecimos durante tres o cuatro días y de ahí nos llevaron a la prisión donde pasamos muchas calamidades, muchas. De entrada nos llevaron en verano, con todo el calor que hacía no veíamos el agua ni para fregar un plato, mi niño lloraba porque tenia sed y no le podía dar agua, incluso algunas veces me pasaban un botijo de la calle y me lo daban vacío. No teníamos agua ni para lavarnos ni nada.(...)
Ángeles Mora:
De nuestro grupo todas estábamos condenadas a muerte pero la única que fue fusilada fue Elena Tortajada, miembro del Partido y una gran oradora (...) Elena Tortajada fue denunciada y detenida con su niño de dos meses. Fue condenada a muerte. Como la ley no permitia matar a la madre mientras amamantaba al niño, es decir, hasta que el niño tuviera nueve meses, al día siguiente de que su bebé los cumpliera la ejecutaron. De madrugada la pasaron por nuestra sala, al pasar ante nosotras nos entregó a su niño diciendo delante de los guardias y soldados con voz clara y firme: 'Aquí os lo confío y os pido que le eduquéis y le inculquéis mis ideales y que nunca olvide por qué murió su madre'. Supimos después que hacía dos días que había llegado su indulto".
Pocos días después de esta lectura (el 25 de abril/2007), me enteré por el periódico de la muerte de su autora, Tomasa Cuevas. Nacida en Brihuega, trabajó desde niña. A los 14 años ingresó en las Juventudes Comunistas y se incorporó al PCE. Con la guerra es encarcelada, torturada y desterrada a Barcelona, con una condena de 30 años de prisión. Recorrió las cárceles españolas hasta 1951, año en que logra fugarse de la prisión de Santander y pasar a Francia. En el 69 volvió a España clandestinamente para trabajar por la libertad y en contra de la dictadura. Una vez restaurada la democracia, Tomasa recorrió España nuevamente para transcribir las experiencias de todas aquellas compañeras de prisión que habían sobrevivido. Finalmente, Tomasa recibió la Cruz de Sant Jordi y la medalla del trabajo. Una luchadora por la libertad cuyo nombre quiero destacar aquí como pequeño testimonio de admiración y de agradecimiento.
Tomasa Cuevas, Presas. Mujeres en las cárceles franquistas, Barcelona, Icaria- Antrazit, 2005.
5 comentarios
Gabriela -
Paco -
Un abrazo.
fgiucich -
Gabriela Zayas De Lille -
Atico -
No es honesto olvidar la crueldad, si de lo que se trata es de no molestar al verdugo.
Sin odio, sin violencia, sin ánimo de venganza, la memoria será el antídoto contra la repetición de la crueldad.
Gracias por su trabajo.