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Garcilaso de la Vega en Barcelona

Garcilaso de la Vega en Barcelona

Aunque a veces me parece que lo conozco desde siempre, yo conocí a Garcilaso en Barcelona: me lo presentó mi maestro José Manuel Blecua, que recuerdo perfectamente que nos dijo que Garcilaso llegaba a nosotros siempre envuelto en un mar de lágrimas. Y así, con lágrimas, lo he leído, siempre. Jamás he podido sustraerme, a pesar de las muchas lecturas que he hecho de su obra desde entonces, a su poesía. Jamás le he leído mecánicamente, siempre consigue tocarme la fibra, la cuerda de mi alma.

Creo que Garcilaso es uno de los primeros poetas sinceros de la lengua, sincero en el sentido de que no escribe por hobby, no escribe para obtener fama, no escribe por usar la retórica, escribe por necesidad, por dolor, por dar cauce a las angustias de su alma, estragada por un amor prohibido, probablemente imposible, como casi todos los amores que después se hacen literatura. Garcilaso  es sentimiento y es maestría técnica, y la concordancia de su maestría y de la expresividad del alma herida no puede sino dar como resultado una obra inolvidable.

Esta vez he pedido a mis alumnos que analicen cada uno de ellos un soneto distinto, para después editar un pdf como el que hicimos con la Antología de Sant Jordi. Mi propósito es que el año que viene hagamos lo mismo con los sonetos que falten, y así analicemos todos los que escribió.

Los sonetos de Garcilaso no son perfectos, pero tienen ese hálito de dolor incurable, de carne y alma expuesta al dolor, de materia dolorida que llevamos todos dentro, oculto. Al leer a Garcilaso esa herida se muestra, se reabre como una rosa. Bella, embellecida por la palabra. Qué mejor destino para el dolor que la palabra dicha, qué maravillosa transmutación de lo dolorido en fertilidad, en conciencia trascendente. Si no se ama así, no vale la pena amar ¿No es cierto?

 Soneto V

     Escrito ‘stá en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribistes; yo lo leo
tan solo que aun de vos me guardo en esto.
     Es esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
     Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;
     cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo vida,
por vos he de morir, y por vos muero.


Vega, Garcilaso de la, Poesía completa, ed. de Juan Francisco Alcina, Madrid: Espasa-Calpe (col. «Austral», n.º 96), 1999, 6.ª ed.

   
 

6 comentarios

Magda -

Muy bien, Margit Frenk es excelente, Gabi

Gabriela -

Fernando, eran otros tiempos, yo creo que Garcilaso buscaba una fama como guerrero (de ahí la explicación de su muerte, tan suicida como inútil), pero que responde a ese \"pundonor\" de combatiente muy común en su época y clase social, y que la literatura era para él una salida interior necesaria. En fin, es sólo una hipótesis...Un abrazo.

Magda, yo amo por encima de todo la arquitectura renacentista de su Égloga I, que probablemente sea lo que te envíe para la revista, cuando encuentre el folder. Además de con Blecua, yo estudié a Garcilaso con Margit Frenk en El Colegio de México, que me aportó muchas cosas que recuerdo con agradecimiento y mucho cariño. Besos.

Santino y Diana, yo disfruto como una loca en mis clases, y no sé si mis estudiantes dirían lo mismo de ellas, pero entusiasmo y convicción sí le echo al asunto¡qué menos! Abrazos a los dos. Y gracias por vuestros comentarios.

Diana -

Garcilaso es de los grandes. Me encanta tu actitud ante la literatura, tu acercamiento limpio y profundo, tus alumnos tienen suerte de tenerte como maestra, una abrazo.

Santino -

Me ha encantado tu comentario lleno de admiración, de aprecio y de pasión. Si tan sólo consigues transmitirle a tus alumnos un mínimo de esa pasión seguro que consigues hacer lectores para toda la vida. Un saludo.

Magda -

Llevé en la licenciatura un monográfico de Garcilaso, es grande. Recuerdo una estrofa de un soneto que se me quedó fija desde esos años:

Hermosas ninfas, que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas

Uno de los grandes, que ni qué, Gabi.

fgiucich -

Qué hermoso eso de escribir por hobby y no por por la fama. Se necesita una especial grandeza de espíritu. Abrazos.