Samuel Beckett, algunas poesías
Mi amor por Beckett nació hace décadas, al amparo de su obra para teatro. Más tarde leí sus novelas: siempre me deslumbró. Beckett escribe la escritura. Las palabras aparentemente caóticas entran en el orden universal para decir su propio sonido, para ser ellas mismas y nada más. Me gusta la desnudez anti-retórica de su lenguaje, me gustan sus palabras y sus silencios, es como una música: tan abstracto y sin embargo, tan comunicativo. Finalmente, llegué a su poesía. Como con tantos otros artistas que me hablan, Beckett me habló, no al oído, sino al corazón y a la cabeza, hiriéndome doblemente con el fulgor de su silencio hablado. Y como soy leal y fiel a mis amores, he sido fiel a Beckett y aquí os lo traigo en estos pequeños poemas, llenos de nocturno clamor.
- noche que tanto haces
que imploremos el alba
por favor noche
cae
- viejo ir
viejas paradas
ir
ausente
ausente
detenerse
* locos que decíais
Nunca más
Deprisa
Repetidlo
- sueño
sin fin
ni tregua
en nada
- de dónde
la voz que dice
vive
de otra vida
- palabras
supervivientes de la vida
un poco más aún
hacedle compañía
- con paso firme
sin esperar ya nada
yendo sin norte
a sí mismo adelanta
- al oírse decir
que ya no falta mucho
la vida al fin a sonreír
abiertamente se le puso
- no más
recuerdos que a la edad
de abril un día
de un día
- una noche su sombra
se le reapareció
alargose y ya pálida
se disolvió
Samuel Beckett, Mirtlitonnades (1976-1978) y Letanías (1978),, Ediciones Hiperión, Madrid, Ed, trad., estudio y notas de Jenaro Talens (ed. Trilingüe).
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Gabriela Zayas De Lille -
fgiucich -