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Tomás Segovia muere en México

Tomás Segovia muere en México

 

Conocí a Tomás Segovia en 1973. Entonces ni siquiera estaba El Colegio de México en el Ajusco: todavía tenía repartidos sus Seminarios por toda la colonia Roma. Tomás dirigía entonces el de Traducción. Cómo me hizo disfrutar con la de Nerval, con esas Quimeras enigmáticas. Y con sus propios sonetos votivos. Entonces yo sólo conocía su Terceto y era una muchacha flaca y aniñada. Tomás me hizo crecer.  Como todo ser amable (literalmente), era cercano, sencillo y hermoso. Cuando caminaba, siempre erguido, Tomás parecia mirar al horizonte, como en una ensoñación lírica, y sin embargo era realista, carnal, humano y erótico. Nadie como él ha cantado al erotismo del cuerpo femenino. Nadie como él ha conocido sus secretos, su magia y su olor.


Ante esta muerte de Tomás, me interrogo si los poetas mueren, y me contesto que sólo mueren cuando ya nadie los lee. Y me digo que las personas amadas sólo mueren cuando quienes los han amado, los olvidan. No creo que nadie que amó a Segovia lo pueda olvidar y no creo que quien lo haya leído alguna vez deje de leerlo.

¡Viva Tomás eternamente, y viva su poesía!

 

 

Dicho a ciegas

Di si eran éstas las palabras
Míralas bien
Córtalas con cuidado
Y vamos a guardarlas
Sepultadas debajo de la casa
Tesoro rescatado
Devuelto al culto
Palabras guarecidas
Mantenidas en vida
Que de secreto se alimentan
Reverenciadas en su catacumba
Ocultas mientras dure afuera
         la locura lasciva del lenguaje
Para sólo sacarlas
Cuando pisemos el silencio soberano
En la omnisciente noche de la afasia
Y antes de que la clave se nos borre
Mirarlas un instante en su esplendor
Carne verbal viviente en el silencio
Inmaculadas concepciones
Rompedoras del círculo vicioso
Otra vez mediadoras
Para que se hagan mutuos mediadores
Dos que dicen tú y yo
Antes de que la noche del amor los borre
Mas todo está fundado si al borrarse se hablan.

6 comentarios

Gabriela -

Felipe, qué gusto verte por acá. Segovia es uno de los grandes, grandes, de España y de México. Un fuerte abrazo.

Felipe Zayas -

Un homenaje emocionado y emocionante. Me has invitado a releer algunas de sus cosas (y a leer por primera vez otra). Un saludo.

Gabriela -

Querida Isabel: poeta y poesía ¿dónde acaba uno y comienza la otra?
Besos.

isabel barceló -

Hermoso poema, querida amiga. Los poetas puede que sí mueran, lo que no muere - como decía Bécquer - es la poesía. Besos.

Gabriela -

Ando invernal, Fer, pero ando!
Abrazos.

fgiucich -

Qué bello homenaje!!! Espero que andes bien. Abrazos.