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Fin de curso

Ayer terminó el curso, momento de melancolías y nostalgias. Me despido de los alumnos que han estado conmigo dos años. He disfrutado con ellos, he padecido (especialmente, su ortografía), y me he nutrido de su alegría, de su juventud airosa y a veces, de sus entusiasmos. Estar con ellos es siempre para mí una lección de vida.
Pero el trabajo no termina hoy. Ya se prepara el próximo curso. El mío es un trabajo de esperanzas.

6 comentarios

Sadia -

Quiero contactar con Gabriela
Zayas de Lille, para que me
cuente su expereincia con los
archivos y las bibliotecas de
mexico y todo lo que hallo sobre mi pariente predecesor lejano al que estudio desde niNo Alonso NuNez de Haro Arzobispo de Mexico y Virrey
de la Nueva EspaNa.

Gabriela -

Gracias a todos y besos para Isabel. Ya estamos en la preparación de curso!

María Elena -

Fe de errata...
En mi comentario anterior escribí "menuco" debe decir menuDo...

isabelbarcelo -

Si, supongo que cuesta algún esfuerzo ver a los alumnos, a quienes se aprecian, marchar... y dejar espacio a otros. Cada nuevo curso es un nuevo reto y una esperanza. Besos, querida amiga.

María Elena -

"Padecer" la ortografía de los alumnos, es algo que también vivo. Corregirla y convencer de su importancia es uno de mis afanes mayores como profesora... pero, muy a menuco siento que es infructuoso ¿cree tú que el problema tenga remedio...? Saludos desde Xalapa, Veracruz, México

fgiucich -

A preparar el terreno para volver a sembrar. Caras nuevas, vidas nuevs; el eterno desafío de nutrir con el conocimiento. Abrazos.