Blogia
arteyliteratura

Hermen Anglada Camarasa en CaixaForum

Mi museo favorito en Barcelona fue el de Arte Moderno y Contemporáneo que estaba situado al lado el Parlament de Catalunya, en el Parc de la Ciutadella.
Allí contemplé por primera vez la obra de este gran artista catalán, el primero que traspasó fronteras, como más tarde hicieron Dalí o Miró.
En el Reina Sofía aprecié en su ambigüedad y belleza el Retrato de Sonia de Klamery, condesa de Pradére, y en el de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, el maravilloso lienzo de los Campesinos de Gandía.
Ahora tenemos la oportunidad de ver, reunida, la obra de este artista extraordinario, ya que se exhiben casi 200 obras. Salvo algunos paisajes en tonos pastel de la última época, que me parecen mediocres, todo lo demás merece una vista, aun cuando la exposición carece (una vez más) de una luz adecuada, o de una atmósfera más cálida.
Una virtud de la exposición es que nos permite recorrer, didácticamente, todas las etapas de la obra y del artista. La exposición nos ofrece también algunos cuadros de contemporáneos suyos muy afines (quién podría olvidar las similitudes existentes entre algunos retratos de Camarasa y otros del gran Zuloaga, uno de cuyos cuadros, magnífico, pende en esta exhibición).
La luz, la sombra, la belleza del color, la riqueza de las formas, y una perversa cualidad ambigua que se desprende de algunas de sus obras, bastan para fascinar al visitante.
Están bien representadas todas las etapas: la de Barcelona, que va del 1885 al 1894, en la que es visible la influencia de otro gran pintor catalán, Modest Urgell, y en la que se nota el orientalismo que flotaba sobre toda la pintura europea de la época desde Delacroix.
Las dos épocas de París, en la que vemos la influencia de Lautrec, y también del cartelismo modernista, así como las temáticas de la vida nocturna parisina. En estas etapas, Anglada Camarasa se mueve, fluctuante, entre el realismo y el simbolismo, entre el sueño y la curva, entre el sensualismo y la perversa atracción de las alucinaciones provocadas por esa hada verde que puebla las miradas de sus retratados. Etapas que van de 1894 a1914), antes de la Primera Gran Guerra. Ambas etapara están separadas únicamente por un viaje a Valencia que no será episódico, sino que va a reflejarse quizá en una tendencia barroca y mediterránea que teñirá algunas de sus mejores obras, como las de los Campesinos de Gandía o La novia valenciana, e incluso El ídolo.


A partir de los comienzos del siglo XX, Anglada Camarasa consigue éxito y reconocimiento internacional. Gorki, Diaghiliev, Kandinsky, Picasso, el gran Manolo Hugué se convierten en sus admiradores. Una de sus discípulas más destacadas es Marie Blanchard.
Durante la etapa mallorquina, que va de 1914 a 1936, Anglada Camarasa se refgudia en la isla, huyendo de la devastación de una Europa en Guerra. De aquí surgen esos paisajes que sólo excepcionalmente logran decirme algo: la mayoría son cuadros decorativos, carentes de emoción, en tonos pastel: sin vibración interna.
Anglada se queda anclado atrás de las vanguardias, y su estilo se resiente. Se debilita, se hace blando y ya no es el mismo. O ese mismo que es ha dejado de hablar.
En la última etapa, es la que le sorprende en Barcelona durante la Guerra Civil. Por sus ideas republicanas, es admitido (como protegido) en Montserrat. Ahí lleva a cabo de nuevo unos paisajes, de los que uno al menos, me parece hermoso. De Montserrat pasa a Francia, exiliado, y de nuevo, más tarde, pasa a Mallorca. En 1953 sufre un accidente y abandona, forzosamente, la pintura.

De Anglada Camarasa sorprende la fuerza expresiva, el barroquismo, entre el kitsh y la emoción suprema, la afinidad con Klimt (en algunos, en varios cuadros, le veo superior a éste, tan amanerado en ocasiones) y con el Zuloaga de La condesa de Noailles ( propiedad del Museo de Bellas Artes de Bilbao, del que un día hablaré), o de La morfinómana, que aquí se exhibe tan oportunamente.
En conclusión: Anglada Camarasa es un pintor que vale la pena conocer, ver, disfrutar. Nos recuerda la efímera voluptuosidad de la fama.

Exposición: El mundo de Anglada Camarasa
Lugar: CaixaForum
Horario: De martes a domingo, de 10.00 h a 20.00 h
Precio: Actividad gratuita
Dirección: Av. Marquès de Comillas, 6-8. 08038 BARCELONA
Al pie del MNAC, en Montjuich

4 comentarios

albert -

Por favor, alguien me puede indicar fuentes de información sobre el artista Manolo Hugué?
Estoy interesado en informarme sobre su figura.
Gracias.

Gabriela -

Querido Balcius, cuánto tiempo. Pues si puedes, acércate a verla.

Gregorio, comprendo que no te guste. A mí este exceso que mencionas no me parece un defecto; si acaso, me produce la sensación de que yo también soy excesiva. Lo comprendo cuando admiro cuadros tan recargados...cuando observo que el tronco del árbol del retrato de Sonia es como la piel de una serpiente. Lo kitsch.
Sin embargo, tiene una fuerza expresiva, por ejemplo en La sibila que... A pesar de todo eso que tú notas, o más bien, por todo eso, me habla. Y cuando algo me habla, pues eso: disfruto.
Lo encuentro original, personal, muy suyo. Me gusta.
Coincidimos en Zuloaga...
Muchos saludos.

Gregorio -

Hoy no vamos a estar de acuerdo.
De hecho llevo desde el día de la inauguración dándole vuelas a la idea de expresar mi profunda decepción (que, entre nosotros, vale lo que vale: sólo pretendo hablar en mi nombre) sobre este pintor.
Resumo:
1) El cuadro que más me gustó fue el de Zuloaga.
2) Alguna obra de la primera etapa, cuando no se proponía ser original, es, como mínimo, digna.
3) Las obras en las que quiso ser él mismo no resisten el paso del tiempo: excesivas. Excesivo manierismo, excesivo Anglada, Excesiva pose, excesivo decadentismo, excesiva pincelada gruesa. Carencia absoluta de sinceridad.
4) Ara bé, és u dels nostres.

Balcius -

Hay mil referencias en sus cuadros, incluso anticipaciones. Hay elementos de la pintura rusa o centroeuropea que sorprende ver aquí, con tanto lenguaje mediterráneo.. ¿y esas pinceladas a lo Pissarro?

Es impresionante su evolución, me encanta. Gracias por el descubrimiento.