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Asociación de ideas

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Cuando oigo tocar el piano a Ernesto Lecuona, me parece que estoy oyendo tocar a mi tía Leonor.

Mi tía Leonor no era una concertista, sino una mujer con sentido de la música. Tocaba de oído y lo hacía con un estilo que no sé cómo definir ¿Popular? Expresando mucho, sobre todo en el acompañamiento. Era capaz de ’sacar’ cualquier melodía en menos de dos minutos.

En las fiestas familiares siempre tocaba el piano y nosotros cantábamos y/o bailábamos. Mis primos también tocan: Enrique (el que está en sus brazos, bebito), y Ramón, que después estudió medicina. Los dos tocan bien la guitarra y la armónica. Qué bien nos la pasábamos en esas ocasiones.

Ahora que viene la Navidad, me acuerdo de esas reuniones familiares. Mi tía era una mujer alegre (aunque en esta foto está triste porque se le había muerto una amiga y se la ve melancólica), optimista y cariñosa. A los postres, después de la exquisita cena (Leonor cocinaba muy bien, otra de sus gracias), se brindaba por los ausentes. Ausentes que siempre están presentes. Como Leonor en mis pensamientos. La costumbre se ha extendido a mi hogar. Y cuando brindamos por los ausentes-siempre-presentes, su linda carita se me aparece en la memoria entre las primeras.    

 

2 comentarios

Gabriela -

Sí, era guapísima, me encantaba verla. Su naricilla era preciosa, su carácter, también.
:-)
Me alegra verte de nuevo por aquí, alnacif. Un saludo cordial.

alnacif -

Tu tía Leonor, es toda una mujer, plena de belleza.
Hermosos recuerdos.