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Debacle de Narciso

Debacle de Narciso Me siento hundido en el barroco vacío de mi propia charca. Como si miles de tentáculos pequeños, transparentes, me acercaran al fondo ¿Es el ahogo y el vértigo lo que me hunde? Hay voces allá afuera, que me llaman, pero caigo, me desboco hacia abajo, mientras las hormigas de tu boca me provocan aún, escalofríos. Esos labios ya liquídos ya los veo putrefactos. Me recuerdan a otros cadáveres. Los cadáveres del pasado se unen en danza alegre a mi alrededor; las calaveras ríen, se burlan de mis penas, de mis lágrimas. Oigo la voz con tan fuerte intensidad, que parece que sale de mi boca, pero mi boca permanece muda, callada. Estoy en este vasto espacio de vacío solamente acompañado de mi llanto. Allá a lo lejos alguien me ofrece un jardín, que habito a veces, cuando hay luna llena y pienso en olas, en lunas, en amapolas; pero esas flores se extinguen, esas lunas se apagan, esas olas naufragan en las playas de arena negra, de arena infértil. Entristecida y turbia, mi alma se enreda en las palabras. Solamente tengo estas palabras. Ya no te llamo. Estás en el otro lado, en la otra orilla. Como si hubieras muerto ¿O soy yo el que se ha muerto? Te lo pregunta el que no ve su imagen en la ventana. El que no puede abrir la puerta de su alma. El que, desnudo, clama por ti.

 

5 comentarios

Cha -

Dicen que las palabras mas hermosas brotan de un corazon roto, mas bien del dolor, espero que este relato sea creado tan solo de un corazón hermoso.

Cha

Gabriela -

Pues sí, es la parte latosa de nuestro trabajo, Magda, ni modo:-)
Gracias por tu elogio, es un texto que ya tiene sus añitos. Besos.

Magda -

Corregir... :( ¡vaya tarea, Gabriela! es casi como hacer otro texto. Este que nos compartes ahora es muy bueno, no necesita nada, es perfecto ;)

Gabriela -

Gracias Magda, es un texto que ya tiene sus años. Lo saqué a relucir porque ando corrigiendo y ...tú sabes lo que es eso. Un beso.

Magda -

Pobre Narciso...

Siento en tu texto la misma melancolía que se siente al leer el Narciso de Ovidio.

Que pena que jamás pueda poseer a su Eco...

Un excelente post, Gabriela
:)))