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Carlos Monsiváis y Amor Perdido

Carlos Monsiváis y <strong>Amor Perdido</strong> En estos días en que he estado ociosa me pasé por La Central, la bonita y estupenda librería de la calle Elisabetes, cerca del CCCB. Andaba en busca de Los Recuerdos del Porvenir de Elena Garro, y lo encontré, y también un libro, ya viejo, de Carlos Monsiváis, Amor Perdido (Era Ensayo, 1977, reed. 2002), en el que , con su estilo peculiar, abarca, analiza y desmonta, pieza a pieza, el México posterior a la Revolución Mexicana, ya glosando figuras míticas de la cultura popular mexicana como Agustín Lara o José Alfredo Jiménez, ya analizando a la juventud del 68, con sus diversas variantes (los jipitecas, los fresas, los chavos de la onda, los sesentayochistas), y las clases sociales: los de la jet set mexicana, los nuevos ricos, la clase media, los sindicalistas, los políticos, etc.
El estilo de Monsiváis es un estilo rápido, sardónico y con ese toque de coloquialismo que le da carta de naturaleza a su propia generación (la misma de Poniatowska). No por ello pierde profundidad, sin ser un ensayista “sesudo”, claro.
Monsiváis se sitúa como un sociólogo divulgador, que puede ser leído por cualquiera.
Quizás los mejores artículos de este libro sean los dedicados a los intelectuales como Revueltas o Salvador Novo, al menos para mí.

Una muestra de su prosa:
Sucede a veces que sólo percibimos las calidades secretas o entrañables de una ciudad por el amor (necesariamente público) que alguno, que algunos le profesan o le han profesado. Por medio de ese interés, de ese trato vigilante, nos allegamos determinados estímulos psicológicos, ciertas compensaciones visuales o sociales que, de pronto, revelan trasfondos o apariencias de la ciudad, le añaden logros o le señalan disminuciones, le ratifican o le informan de zonas sacras, le otorgan disfraces y recubrimientos de clase o de secta, le procuran una posibilidad antropomórfica, la vuelven ella, la ciudad como lazo personal devastador o recompensante, la preservan o liquidan – en última instancia- dentro del esplendor o la estrechez del mito. Como en el melodrama, la ciudad ese concepto cada vez más arbitrario y agónico, vive y se sobrevive en sus amantes. Así, en el caso de la capital de República Mexicana, la relación profunda con los escritores que fueron también en este siglo sus Cronistas oficiales: Luis González Obregón, Artemio de Valle Arizpe y Salvador Novo.
(De Salvador Novo. Los que tenemos unas manos que no nos pertenecen).

Monsiváis nació en México, D. F. en 1938 y es periodista, cronista, ensayista y narrador. Ha colaborado desde su juventud en los más importantes suplementos culturales y revistas del país. Estudió Economía y Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su amplísima cultura, su curiosidad universal, su eficaz escritura y su capacidad de síntesis le han permitido desentrañar los aspectos fundamentales de la vida cultural y política mexicana tanto históricos como contemporáneos y se han recogido posteriormente en libros como Principios y potestades(1969); Días de guardar(1971), sobre los sucesos de Tlatelolco; Amor Perdido (1976), sobre algunas figuras míticas del cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda, los políticos o la burguesía; De qué se ríe el licenciado(1984); Entrada libre, crónicas de la sociedad que se organiza (1987); Escenas de pudor y liviandad (1988), sobre la sociedad del espectáculo; y Los rituales del caos (1995), ceremonias de la debacle ciudadana y política. También ha escrito biografías, Frida Kahlo. Una vida, una obra (1992); ensayos, Características de la cultura nacional (1969) y antologías, La poesía mexicana del siglo XX (1966), La poesía mexicana II, 1914-1979 (1979) o La poesía mexicana III (1985). Fue Premio Nacional de Periodismo, en 1988 y recibió el Premio Mazatlán, en 1988, el Premio Xavier Villaurrutia, en 1995, y el Premio Anagrama de Ensayo por Aires de familia en 2000. En 2002 publicó el ensayo Yo te bendigo, vida, sobre la vida y la obra de Amado Nervo(ver el post sobre Nervo en mi sección “Poemas preferidos”.

1 comentario

letyricardez -

Querida Gaby:

Nunca visito es blog, porque sabía que era espejo del otro y resulta que ahora vengo a encontrar su propio contenido.
Me quedaré un buen rato por aquí, bañándome en tus palabras y en las excelencias que siempre nos compartes.